Charo Vega es historia viva de la prensa del corazón. Pertenece a una de las sagas familiares más importantes del mundo del espectáculo. Su abuela, Pastora Imperio, fue un icono de la canción española, y tuvo un romance con Alfonso XII. Se ha llegado a especular con que la madre de Charo, Rosario, podría ser hija del monarca, o de su primo, Fernando de Borbón. Pastora nunca quiso aclarar este rumor, y le dio a la niña sus dos apellidos. Por su parte, Charo Vega también quiso tener una vida amorosa de película, y se casó con el representante de artistas más famoso de la época, Tony Caravaca.
Después de apartarse de los medios de comunicación por un trastorno que le obligó a ingresar en una clínica psiquiátrica, Charo Vega quiere sentarse en el trono que nunca tuvo. Fue íntima amiga de los personajes del corazón más cotizados del momento. Formó un trío inseparable junto con Lolita Flores y Carmina Ordóñez, pero jamás llegó a tener tanto peso como ellas. Tras dejar atrás sus problemas, Charo está decidida a volver a televisión por todo lo alto, ¿Se convertirá en concursante de Supervivientes?
Problemas económicos, adicciones y una fuerte depresión
> Charo Vega tuvo una oportunidad perfecta para sentarse en el trono mediático que nunca logró alcanzar. En 2011, el programa Sálvame, le ofreció un puesto de trabajo como colaboradora, y Charo se convirtió en uno de los rostros más cotizados de Telecinco. Por aquel entonces, seguía manteniendo una relación muy estrecha con Isabel Pantoja, y su testimonio era un elemento fundamental en Mediaset. Sin embargo, en una de sus entrevistas metió la pata, y contó algo que le trajo unas consecuencias terribles. Según ella, Lolita tuvo un romance con Fran Rivera, hijo de Carmina.
El torero negó estas declaraciones, y no dudó en demandar a la íntima amiga de su madre. Charo Vega fue condenada a pagarle 12.000 euros a Fran Rivera en concepto de indemnización por injurias y calumnias. La amiga de Isabel Pantoja vio este castigo como una traición imperdonable. Pues, no entendía como el hijo de Carmina le pedía tanto dinero en su peor momento económico. Charo empezó a desarrollar una tendencia depresiva que únicamente podía controlar a base de pastillas. En un principio, negó que tuviera algún tipo de adicción por estos fármacos. Pero, pasado el tiempo, decidió ingresar en la cínica López Ibor para conseguir prescindir de ellos y recuperar su estado de ánimo habitual.
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