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Marta Peñate confiesa la enfermedad que le impide vivir plenamente

Marta Peñate vuelve a dar de qué hablar. Después de conocerla en Gran Hermano 16, descubrirla mejor en La isla de las tentaciones y La casa fuerte y volver a verla en su paso como comentarista de Mujeres y Hombres y Viceversa, parece que la de Canarias tiene mucho que contar. Y es que estrena su propio canal de Mtmad, ese premio envenenado que Mediaset está dando a los famosos que salen de sus propios programas. Decimos envenenado porque además de ser un espacio donde confesar sus mayores triunfos en la vida también se convierte ahora en un confesionario particular de los peores momentos de sus protagonistas. Marta también lo ha hecho y en sus primeros vídeos le ha dado tiempo a mucho, hablar de su ex pareja, de su vida íntima y hasta de confesar por primera vez la enfermedad que le hizo perder uno de sus órganos. Si quieres conocer la afección que indudablemente condiciona su vida y mucho más sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.

Marta Peñate ya es una más: se retoca y parece otra

Marta Peñate confiesa la enfermedad que le impide vivir plenamente

> Si de algo estamos seguros es que Marta Peñate ha cambiado mucho en estos últimos años. Parece que para ser parte del gran universo Mediaset hace falta pasar por quirófano y no precisamente por salud sino por simple y llana estética. Irreconocible, así ha quedado Marta después de pasar por su clínica de medicina estética de confianza para hacerse algunos retoques tras su ruptura con Lester. Lo primero en cambiar sería la forma de sus labios. La canaria se ha rellenado los labios con ácido hialurónico, lo cual le aporta un volumen extra a la zona. «Me los ha hidratado, perfilado y rellenado un poquito», decía orgullosa de los resultados.

Además, ha dicho un adiós definitivo a sus arrugas de expresión gracias a unas cuantas inyecciones de bótox, sobre todo en la frente. No contenta con esto ha pasado por su dentista para lucir por fin una bonita sonrisa. Una limpieza, un blanqueamiento y una reducción de encías. Tanto reírse de Lester y su complejo por el que acabó sometiéndose a una rinoplastia, le han jugado una mala pasada pues ella también ha pasado finalmente por manos de profesionales. El que ríe último ríe mejor.