La vida de Isabel Pantoja era muy tranquila antes de llegar Irene Rosales, la mujer de su hijo Kiko Rivera. Aunque su nuera le haya dado unos nietos maravillosos a los cuales hemos sabido que pocas veces acude a visitar o haya ayudado a su hijo a abandonar un mundo del que difícilmente hubiera podido salir solo como el de los estupefacientes. Para ella no es suficiente, ya que solo le ha traído desgracias y penurias. Kiko ha abierto los ojos y se ha dado cuenta de cómo es su madre en realidad. Un mundo nuevo se abre para este Rivera que no está dispuesto a que nadie más lee ningunee.
3 Muy dolida, se defiende ante las críticas
> Irene Rosales ha sido una de las grandes perjudicadas en la guerra por la herencia envenenada de Paquirri que Isabel Pantoja guarda a buen recaudo en Cantora y no está dispuesta a dar a quién realmente pertenece, a los hijos del torero. Su papel ha sido fundamental para abrir los ojos a su marido, Kiko Rivera, que vivía acongojado sin decir lo que verdaderamente sentía. Ahora Kiko toma la delantera y no duda en poner contra las cuerdas a su madre en un plato de televisión o mediante una exclusiva en las revistas del corazón. Ya no tiene nada que perder pues como el muy bien dice quien no quiera estar en su vida no lo estará. Sin duda, está harto de aguantar lo que no le corresponde.
Ahora es Irene la que se enfrenta a multitud de críticas. Su actitud ha sido duramente cuestionada en redes sociales donde cada uno expresa su opinión y no hay filtro que valga. La colaboradora no soporta más la situación y reconoce estar dolida por los duros comentarios a los que se ve sometida. “He estado defendiendo a mi marido de la mejor manera posible sin atacar para nada a su madre y jamás la voy a atacar porque es la abuela de mis hijas. Soy buena, lo que no soy es tonta. Que cada uno opine lo que quiera, pero ni que me vayan a hundir ni a atacar, porque aquí estoy yo para defenderme con uñas y dientes y lo que haga falta”, decía enfurecida en el plató de Viva la vida hace tan solo unos días.
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