Los Morancos han vuelto a hacer historia. La pareja artística que forman Jorge y César Cadaval nunca pasa de moda. Estas Navidades han inaugurado un espectáculo, El desfase, con el que pretenden que el público recupere la alegría y desconecte de las circunstancias ocasionadas por la pandemia. La función es todo un éxito: entradas agotadas, buenas críticas y peticiones de que prolonguen su estancia en el teatro. Pero, tanta repercusión podría pasarlos factura. Especialmente a Jorge Cadaval, que se ha convertido en una auténtica estrella en las redes sociales. El público quiere conocerlo todo sobre su nuevo ídolo. Esto ha provocado que muchos periodistas se pongan a investigar sobre su pasado, ¿Quieren saber cuál ha sido su momento más incómodo?
2La “historia fatal” que vivió junto al Rey emérito
> Antes de inaugurar El desfase, espectáculo con el que pretendía alegrar la Navidad de su público, Jorge Cadaval acudió a promocionarlo a El hormiguero. Allí contó una vergonzosa anécdota que, en su momento paso inadvertida. Pero, después del revuelo que ha generado su último espectáculo, muchos periodistas se han puesto a investigar y han recordado este comprometido momento que vivió junto a don Juan Carlos. “Yo viví una historia fatal con el Rey emérito”, empezó diciendo. Pablo Motos se interesó por su testimonio y, el cómico, narró, con todo lujo de detalles, lo que sucedió. Al parecer, coincidió con el padre de Felipe VI en una comida, y le tocó sentarse a su lado. Antes de sentarse a la mesa, habían tomado algo de queso como aperitivo. Y, según contó Jorge, este alimento no le suele sentar muy bien. ¿Se imaginan como acabó la cosa?
Tal y como contó, “el queso me sienta como una patada en los mismísimos”, así que poco después empezó a hacerle efecto laxante. Por protocolo, no podía levantarse de la mesa hasta que don Juan Carlos se marchase. O, en su defecto, tenía que pedirle permiso para poder ausentarse durante un momento. Jorge Cadaval empezó a hacerle señas al organizador del evento para pedirle consejo y buscar una solución, pero no obtenía respuesta. Los aspavientos eran cada vez más exagerados, así que el Rey emérito se dio cuenta y se interesó por saber que estaba sucediendo.
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