Estas navidades están siendo difíciles para Kiko Rivera, y al mismo tiempo, abren una nueva vía de felicidad. Después del varapalo que supuso ver en directo ‘Cantora: la herencia envenenada’, y confirmar lo que lleva años barruntando sobre la gestión que ha hecho Isabel Pantoja, su madre, de lo que le correspondía como uno de los herederos de Paquirri, parece que Kiko se asienta en lo personal y en los ingresos profesionales. Las exclusivas y entrevistas le han granjeado una mayor estabilidad económica, y parece que la relación con sus hermanos y la familia de su padre mejora. De hecho, ha ‘pasado’ completamente de su madre en sus celebraciones navideñas. ¿Dónde y cómo lo han celebrado?
EL ANNU HORRIBILI DE KIKO RIVERA E IRENE ROSALES
Aunque parecía que 2020 comenzaba prometedor para los Rivera-Rosales, la pandemia les supuso un gran varapalo. Primero, Kiko Rivera se quedó sin gran parte de sus ingresos al cerrar todos los espectáculos y centros de ocio. Después, Irene Rosales perdió a su madre. Kiko Rivera entró de nuevo en un bucle depresivo, que hizo que fuera Irene quien sustentase económicamente a la familia. Todos recordamos el directo en Instagram en el que Rivera reconocía que vivía de la ayuda a los autónomos.
En esta situación, decidió ir a por todas contra su madre por la gestión que esta había hecho de la herencia de su padre. Además de contratar a abogados, comenzó a barruntar la posibilidad de una exclusiva en Sálvame Deluxe que le concediera un respiro económico. La suerte se alió con él y Telecinco orquestó la retransmisión en directo con el protagonista del documental sobre Cantora y la herencia de Francisco Rivera ‘Paquirri’. Y todo se desencadenó: las promesas de Isabel Pantoja incumplidas, lo que supuestamente revelaba el documental, la actitud de la tonadillera… y él sin trabajo -rechazado, por otra parte-.
Y para rematar el año, la muerte de su suegro, que ha hecho más difícil aún la recta final de 2020 para Irene Rosales.
