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Enrique Ponce y Paloma Cuevas: los restos de un amor que se niegan a olvidar

La historia del divorcio de esta mediática pareja ha ocupado páginas y más páginas en los principales medios del papel couché. Su desamor está a la orden del día y parece que lo único que une ahora a Paloma Cuevas con Enrique Ponce son las niñas que tienen en común. Sin embargo, se niegan a borrar de sus memorias algunos buenos recuerdos de cuando todavía eran felices, recuerdos que Cotilleo.es te muestra a continuación.

La separación del verano

Enrique Ponce y Paloma Cuevas

> Siempre suele hablarse de los amores que se forman en el estío, pero en esta ocasión ha sido un divorcio el que ha tomado el papel protagonista estos meses más calurosos del año. Enrique Ponce y Paloma Cuevas parecían una de las parejas más consolidadas del panorama social y su separación sorprendió a todo el mundo. Desde que se hizo público que ya no eran pareja, en los medios de la crónica social no se ha hablado de otra cosa. Tan solo la incipiente relación del torero con la joven Ana Soria ha restado algo de protagonismo a esta historia de desamor.

Los trámites siguen adelante y el divorcio ya se antoja a la vuelta de la esquina. Los más cercanos a la ya expareja aseguran que no hay posibilidad de reconciliación, pero, en contra de lo que se publicó en un principio, eso no significa que Enrique y Paloma se hayan olvidado de aquellos buenos momentos que vivieron cuando todavía eran un matrimonio feliz. De hecho, parece que se niegan a borrarlos de sus corazones. A continuación, Cotilleo.es te muestra los restos de un amor que ambos se niegan a olvidar.

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