No conocemos a Úrsula Corberó en el interior de su casa, pero sí a través de la pantalla. Desde ese punto, vamos a evaluar esos gestos y cualidades físicas que forman parte de su influencia en el público. Sin duda, solo es suficiente con una mirada para conectar. No sé si te ha pasado que te enamoras de alguien solo porque hizo una expresión que se robó tu atención. En el caso de la actriz, hay mucho por describir.
Existe un magnetismo entre la intérprete de Tokio y la cámara. No solo es el hecho de que es bella sino que conoce perfectamente su lenguaje corporal que despierta malos pensamientos: tensión sexual, admiración y además goza de cualidades artísticas que son el broche de oro que asegura su éxito con la audiencia.
En algún momento dijo el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, que para hacer que alguien haga algo, se logra a través de dos motivos: el impulso sexual y la importancia de ser grande. Corberó aplica consciente o inconscientemente el primer motivo. Aflora el morbo.
3Su sensación de libertad
El mundo entero está lleno de prejuicios, muros que con el pasar de los años se han ido derrumbando. Son concepciones de ciertos aspectos de la vida generados por la crianza o costumbres familiares.
Demostrar que eres libre y que no estás atado a ellos llama la atención, porque abre las puertas a que los jóvenes piensen que ellos tienen oportunidad de hablar contigo sin temor a ser juzgados por determinadas circunstancias. Úrsula Corberó se hace cercana y palpable con esta forma de ser.
