Karelys RodrĂguez ha pasado de ser una completa desconocida para la prensa del corazĂłn, a acaparar todos los titulares de revistas y medios digitales. DespuĂ©s de todas las informaciones que se han manejado sobre su amistad con Cayetano Rivera, ha sido la propia protagonista la que ha querido poner punto y final a toda esta polĂ©mica, y lo ha hecho a travĂ©s de un comunicado oficial. Te contamos todos los detalles, a continuaciĂłn.
3La amiga de Cayetano tomarĂĄ medidas legales
> âSiguiendo expresas instrucciones de mi mandante, DOĂA KARELYS RODRĂGUEZ, y en relaciĂłn con las recientes manifestaciones que se vienen realizando sobre su persona, en los medios informativos, les requerimos por medio del presente escrito para que procedan al cese inmediato de las mismas, recordĂĄndoles que mi representada no tiene el carĂĄcter de personaje pĂșblico o âfamosoâ, por lo que constituyen un intolerable ataque a su honor, intimidad personal y familiar e imagen, desde luego no amparado por la libertad de expresiĂłn ni el derecho de informaciĂłn, en cuanto solo supone el inmiscuirse en vidas ajenas, escudriñando su vida privada y carentes por otra parte del mĂĄs mĂnimo interĂ©s general, que no tiene ninguna obligaciĂłn jurĂdica de soportar.
Como es fĂĄcil de comprender, este acoso mediĂĄtico al que se ha visto sometida Doña Karelys, supone un grave perjuicio tanto a su persona como a su la familia, perjudicĂĄndola âincluso- a nivel profesional, al ser su profesiĂłn completamente ajena al mundo de la denominada âprensa del corazĂłnâ o âprensa rosaâ.En consecuencia, les manifestamos- que, Doña Karelys NO HA REALIZADO ninguna declaraciĂłn pĂșblica al respecto, anunciĂĄndoles que, en breve, emprenderemos las acciones legales oportunas contra todas aquellas personas y medios de comunicaciĂłn que hayan difundido semejantes informaciones sobre Doña Karelys, en cuanto las mismas afectan a su honor , intimidad personal y familiar, asĂ como a su imagen por la difusiĂłn no consentida de imĂĄgenes ilĂcitamente obtenidas, al no contar con su consentimiento, faltando por todo ello a las mĂĄs elementales normas de diligencia profesional y Ă©tica periodĂsticaâ, concluye el escrito.
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