Palma de Mallorca ha sido el destino vacacional de la familia real durante años. Tal fue el apego de don Juan Carlos y doña Sofía a la isla que se habló hasta de que tenían su propia Corte allí. Sin embargo, la llegada de don Felipe al trono ha traído muchos cambios. En Palma saben que la culpable es doña Letizia y ya afilan los cuchillos ante su inminente llegada. A la reina le espera un auténtico viacrucis en lo que ella denomina como obligación y no vacaciones. ¿Qué ha hecho Letizia para caldear el ambiente tanto? Te lo contamos todo a continuación. Sigue leyendo.
La Corte de los reyes en Palma
> Mallorca ha gozado de una campaña de publicidad impagable durante años. Los mismos que ha sido el lugar oficial de vacaciones de don Juan Carlos, doña Sofía y sus hijos. A la sombra del rey se hicieron lucrativos negocios que llevaron a algunos al banquillo de los acusados. Si algo tenía el rey emérito era muchos contactos debido a su posición. Eso facilitó que algunos de sus íntimos tuvieran oportunidades económicas inalcanzables para el resto de los mortales.
Se vio claro que doña Letizia sentía fobia hacia Palma en su primer verano. Ya dejó claro que estaba en contra de lo que consideraba una exposición constante para fotógrafos. Hasta llegó a adoptar un uniforme como look diario para hacer desistir a quienes la esperaban para disparar sus flashes. El asunto alcanzó su punto álgido cuando la esposa de don Felipe calificó sus días en Marivent como “obligación”.
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En Palma afilan los cuchillos contra Letizia
> El comportamiento de Letizia con Palma no ha sido bueno. Siempre que ha podido, ha dejado claro que no se siente a gusto en la isla. De hecho, a quienes pululan por el Club Náutico les tilda de “pijos” o “chonis”. Su boicot es tal que se niega a pasear por el centro de Palma acompañada de Leonor y Sofía. Hace ya mucho que don Felipe desistió de pedirle que acudiera a ver las regatas. Parece que Letizia pasa sus días en Marivent solazándose en la piscina, leyendo y sin apenas hablar con nadie.
Lo explicado hace que en Mallorca estén en contra de la reina. A nadie le gusta ser humillado y eso es lo que hace doña Letizia en cuanto aterriza en la isla. De hecho, hubo que pactar los días anuales que los reyes y sus hijas deben pasar en Palma. Si la estancia intentara alargarse por cualquier motivo, la reina se marcharía ipso facto y sin esperar a nadie. Ocurrió hace unos años, cuando don Juan Carlos pidió a su hijo que retrasara su marcha un día para recibir juntos a una importante personalidad. Pues bien, don Felipe, Leonor y Sofía se quedaron y la reina puso pies en polvorosa rumbo a Madrid.
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La reina impaciente
> Que el carácter de Letizia es de armas tomar es algo que ha reconocido hasta doña Sofía, que aseguró que de puertas para adentro era igual o peor. Para muchos, el mayor daño que la reina ha hecho a la institución es priorizar su vida privada sobre la institucional. Se ha empeñado en delimitar ambas parcelas cuando eso es imposible. Según doña Sofía, una vez entras a formar parte de la familia real, tu papel debe circunscribirse a las necesidades de la monarquía. No hay espacio para personalismos y siempre hay que estar dispuesto para acudir allá donde haga falta.
Lo cierto es que en la familia real, a pesar de las meteduras de pata, han tenido muy presente que el cargo hay que ganárselo cada día. De ahí esas agendas sobrecargadas de actos que tenían don Juan Carlos y doña Sofía. Nada que ver con Letizia, que suele reservarse días para actividades privadas. Dejó bien claro que no contaran con ella los fines de semana y más allá de las tres de la tarde. Aunque ha rebajado un poco el tono, sigue empeñada en ejercer el cargo como si de un funcionariado de alto grado se tratara. Con horario de entrada y de salida, así como vacaciones y permisos de libre disposición.
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La unión hace la fuerza
> No parece que doña Letizia esté por la labor de favorecer el contacto de Leonor y Sofía con sus primos paternos. Las niñas apenas tienen trato con la rama familiar Borbón. Su madre ha creado una burbuja para ellas en la que no hay lugar para encuentros que no sean con los Ortiz-Rocasolano. Esto resulta incomprensible para doña Sofía, que se ha desvivido ejerciendo de abuela.
La reina Letizia ha dejado muy claro que no quiere tratos con los Borbones y esto ha empujado a la unión entre don Juan Carlos y doña Letizia. Les duele que su nuera pinche a don Felipe para apartar a las infantas Elena y Cristina. Es posible que el desquite de los reyes eméritos se produzca este verano, cuando su hija mediana podría dejarse caer por la isla para disfrutar de unos días de descanso en Marivent. Nada escocería más a doña Letizia.
