Las cosas entre doña Sofía y su nuera están peor que nunca. La relación ha llegado a un punto en el que no hay vuelta atrás. Además, la emérita ha hecho un inesperado movimiento con el que ha dejado K.O a la mujer de su hijo. Algo que traerá muchas consecuencias….
Una armonía a la que no le sienta bien el paso del tiempo
> Cuando don Felipe se enamoró de Letizia Ortiz, muy pronto supo que era la definitiva. Tras varias relaciones rotas por las trabajas que tenía intrínsecas el hecho de ser heredero, el príncipe de Asturias se plantó. No estaba con alguien de sangre azul ni tampoco con una mujer perteneciente a una familia aristocrática, pero no estaba dispuesto a que eligieran por él. Así, sacó la artillería pesada e hizo todo lo posible para que sus padres aceptaran a la periodista como futura consorte. De hecho, no tardó mucho en exponerles su idea de pasar por el altar.
Los Reyes aceptaron de buen agrado la elección de su único hijo varón. De hecho, doña Sofía recibió a Letizia con los brazos abiertos. Por todos es sabido que la griega siempre ha tenido una afinidad especial con Felipe. Se ve reflejada en él y tienen maneras de ser muy parecidas. Así, cuando el actual monarca le presentó a su novia, hizo todo lo posible para que la joven periodista se sintiera cómoda entre una familia. La Reina se convirtió en la mentora de su nuera y en los actos que compartían demostraban tener muy buen feeling. Descubre los motivos que hicieron que todo cambiara.
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El día que la monarquía tocó fondo
> Cuando doña Letizia tuvo a Leonor y Sofía, las cosas dieron un giro radical. La mujer de Felipe VI no quiere que sus hijas se vean expuestas y apenas las deja acudir a actos oficiales. Un comportamiento con el que los eméritos no están nada de acuerdo puesto que su primogénita está llamada a ser reina de España en un futuro. Así, ni ella ni su hermana menor pueden ser nunca como el resto de niños de su edad. Pero lo que más disgusta a doña Sofía es que no le dejen estar apenas con sus nietas ni consentirlas.
Con estas cosas, la relación de suegra y nuera fue debilitándose poco a poco hasta llegar a un punto de no retorno que situamos hace justo un año. El 1 de abril de 2018 se produjo un hecho que ha marcado un antes y un después. A las puertas de la catedral de Palma, donde tuvo lugar la misa de Pascua, Letizia obstaculizó un posado de doña Sofía y sus nietas. Un rifirrafe con consecuencias devastadoras para la consorte, cuya popularidad descendió hasta niveles insospechados. Tras esto se orquestaron varias escenas de armonía con la que mejorar la imagen de la asturiana. Sin embargo, la emérita ha protagonizado un inesperado movimiento.
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Un estratégico golpe en la mesa
> Su educación es exquisita, pero doña Sofía parece estar cansada del comportamiento de su nuera. Ya no puede más y no quiere seguir aparentando lo que no es. Los acercamientos que Letizia y ella han protagonizado han sido solo de cara a la galería. Estrategias para limpiar la imagen de la consorte. Pero la realidad es que la emérita sigue sin poder pasar tiempo con sus nietas, algo que le duele enormemente. Así, ha dado un golpe sobre la mesa y ha sacado todo su carácter para demostrar a Letizia que nada podrá con ella.
En este sentido, ha presidido un acto lleno de significado: la gala del 50 aniversario del Trofeo Reina Sofía de Vela. Pero lo curioso no es la temática del evento sino el lugar en el que se ha celebrado, Palma de Mallorca. Un año después del rifirrafe, la emérita ha regresado a la isla sintiendo más que nunca el cariño del pueblo. Allí ha mostrado su mejor versión y le ha demostrado a Letizia que, tras varios intentos de aparentar cordialidad, a quien quiere la gente ahora más que nunca es a ella.
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El hartazgo de doña Sofía
> La paciencia de doña Sofía tiene un límite y parece que está más cerca de lo previsto. A pesar de que su marido abdicara en 2014, ella sigue estando al servicio de la corona. De hecho, al principio tenía un gran peso en la agenda oficial. La mujer de don Juan Carlos quería seguir implicándose en ciertos asuntos a los que llevaba ligada mucho tiempo. Sin embargo, de un tiempo a esta parte su agenda se ha visto reducida notablemente. La emérita ha quedado relegada a un segundo plano en el que no se siente nada cómoda. Se siente fuera de lugar.
Este cambio no se produce por problemas de salud o porque ella haya pedido un descanso. Letizia podría estar detrás de esta decisión con la que doña Sofía va perdiendo poco a poco protagonismo. La mujer de Felipe VI no soporta ver cómo su suegra sigue siendo tan querida. De hecho, las apuestas la sitúan como la persona que más cariño despierta de la familia real. Así, la periodista ha decidido que solo deben recurrir a ella para actos señalados pero que todo el peso de la agenda debe caer sobre ella y sobre su marido.
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El ultimátum de la emérita
> Parece que este 2019 ha hecho que doña Sofía cambie. Y es que en las últimas semanas no solo ha dañado el ego de Letizia sino que también se ha plantado con su primogénita, Elena. No entiende cómo la infanta no tiene algo más de mano dura con sus hijos, cuya adolescencia está siendo un verdadero quebradero de cabeza para la monarquía. La conducta de Froilán y Victoria Federica es bastante inadecuada y tira por tierra todos los esfuerzos que ella ha hecho durante casi cuatro décadas como rostro visible de la monarquía patria.
Doña Sofía está muy preocupada con el hecho de que su nieto mayor vaya a llegar a los 21 años y siga siendo protagonista de polémicas. No entiende cómo doña Elena no le hace ver que tiene que seguir ciertas normas al ser sobrino del jefe de Estado. Además, a la emérita le disgusta enormemente que la infanta no haga nada por enderezar el giro que ha dado Victoria Federica. La joven siempre ha sido ejemplar pero está empezando a ir por peligrosos terrenos.
