Son muchas las amigas especiales que se le adjudican a don Juan Carlos. Entre todas ellas, destaca una sobre quien doña Sofía tiene especial inquina. Y no solo por los encuentros a solas con su marido, también por la forma en que los ha aireado. Esa falta de discreción considera la reina que son ganas de hacer daño. De humillarla públicamente. ¿De quién hablamos? Te lo contamos todo a continuación.
El trío de don Juan Carlos y dos actrices
> La falta de discreción duele tanto como la infidelidad. Así se encuentra doña Sofía, sufridora por partida doble. La historia de Bárbara Rey y don Juan Carlos se remonta a la época en que la vedette se hizo un hueco en TVE. Sus interminables piernas cautivaron a muchos hombres. Fue Adolfo Suárez quien se la presentó a don Juan Carlos, que había manifestado su interés en conocerla. A partir de ahí, empezó una relación intermitente que se alargó en el tiempo.
Lo de Bárbara y don Juan Carlos fue una amistad tocada por las casualidades. Cuando se saludaron por primera vez, ella era muy amiga de Sandra Mozarowsky. Misterios de la vida, Sandra falleció al caer por el balcón de su casa sin que el hecho haya podido explicarse. Se habló de que estaba embarazada y que manifestó su deseo de ser madre. Estuvo en conversaciones con una revista extranjera para explicar su experiencia. Jamás llegó a tiempo porque desapareció en extrañas circunstancias.
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La cruel venganza de Bárbara sobre la reina
> Aunque la vedette siempre ha situado su amistad con don Juan Carlos tras su divorcio de Ángel Cristo, la cosa venía de antiguo. De hecho, la reina montó en cólera cuando Bárbara llamo Sofía a su hija. A la reina aquello le pareció el colmo del mal gusto. Ella aseguró que el nombre le gustaba y por eso se lo puso a su hija. Muchas tela que cortar. Sin duda, una afrenta que no merecía doña Sofía.
Si algo ha disgustado a doña Sofía es el hecho de que su marido se explayara sobre ella con la vedette. Existe constancia de que el rey fue grabado, en diferentes ocasiones, mientras visitaba la casa de su amiga especial. Al parecer, se habría encontrado tan relajado que no dudó en hacer partícipe a Bárbara de sus pensamientos sobre la reina. En este sentido, el rey nunca se ha cortado, llegando a manifestar en público sobre su esposa: “No la soporto”. “No quiero viajar con ella”. Todo esto ha llegado a oídos de doña Sofía porque en Zarzuela los eméritos tienen sus acólitos, que se dedican a comentarles lo que se cuece en el otro lado.
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Doña Sofía se planta
> El estilo de proceder de Bárbara Rey nada tiene que ver con el de otras amigas de don Juan Carlos. En el caso de Marta Gayá, si algo ha alabado el entorno del rey ha sido su discreción: “Jamás ha querido interponer al rey con la reina”, explicó uno de los grandes amigos del monarca. Marta es muy parecida a doña Sofía en el sentido de la discreción. Una característica que no tiene el rey, que obligó a que los comensales a una comida esperaran para empezar a degustar el menú a que Marta llegara. Aquello causó mucho dolor a doña Sofía. Su marido estaba haciéndole daño a propósito.
Cuando doña Sofía se plantó en relación a Bárbara fue cuando se enteró de su intención de hacer públicas unas grabaciones de don Juan Carlos. La reina mandó llamar al rey y le dijo que solucionara el asunto como pudiera pero que escándalos ni uno. No estaba dispuesta a que la humillación se hiciera pública. Una cosa es que la gente hablara y otra muy distinta que lo hicieran con pruebas.
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Otra amiga del rey muy del estilo de Bárbara
> El rey se prendó de Corinna nada más verla. Le gustaron sus hechuras y forma de proceder. Ciertamente, era una mujer a la que no podía manejar. La conoció en España porque ella se dedicaba a organizar cacerías para millonarios. Tenía una sociedad muy lucrativa junto a un amigo. Corinna fue la mujer que puso en solfa al rey. Le marcó el camino a seguir e incluso llegó a regañarle en público. Le conminó a cesar el contacto con Marta Gayá y el resto de amigas especiales.
Don Juan Carlos se obnubiló al punto que no dudó en viajar de forma oficial junto a Corinna. Ella estaba feliz. El poder siempre le gustó. Para ella, tener status oficial de amante de don Juan Carlos era todo un logro. El problema es que siempre quería más. Su voracidad no tenía límite. Al final, se convirtió en una persona muy incómoda en Zarzuela. Su constante asesoramiento al rey en los momentos de su abdicación convirtieron palacio en un polvorín. Dos bandos luchaban entre sí. Doña Sofía quería que su marido abdicara porque así quedaba en evidencia que pagaba por su forma de vida. Por su parte, Corinna le decía a don Juan Carlos que desconfiara de su familia porque le estaban tendiendo una trampa, que lo único que querían era quitárselo del medio para mandarlo a galeras.
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El dolor de Bárbara Rey
> A tenor de las múltiples informaciones que se han aportado a lo largo de los años, Bárbara Rey hizo un negocio redondo al vender las cintas del rey. Se le pagó con dinero de los fondos reservados. Se llevó un pellizco de tres millones de euros. Podría haber tenido la vida solucionada pero siempre tuvo problemas para llegar a fin de mes. En diversas ocasiones se ha abordado su gusto y querencia por los casinos.
En estos días, Bárbara está muy dolida porque en Totana no la quieren. Le habían propuesto presentar la gala de la entrega de la máscara de oro. Ella pidió que le pagaran porque era trabajo y no podía hacerlo gratis. Eso sí, afirma que se conformaba con una cantidad simbólica. Pues bien, los responsables del certamen han escogido otra opción y eso ha sumido a la Rey en un profundo dolor.
