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Letizia y Rania, dos reinas en horas bajas por su afición al lujo y al bisturí

Rania de Jordania es  una de las mujeres más admiradas del planeta. Su estilo ha logrado cautivar a millones de seguidores. Desde siempre, la reina ha dado una gran importancia a su apariencia. Cuidarse está muy bien pero se convierte en un problema cuando la cosa muta en obsesión. Es lo que le ocurre a la esposa del rey Abdalá, que ha hecho del estar siempre perfecta su lema de vida. Idéntico proceder observa doña Letizia. Dos reinas y un destino.

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Traiciones en la corte jordana

A pesar de las dificultades económicas que atraviesa Jordania, Rania vive a todo trapo. Sus looks están firmados por los diseñadores más exclusivos y eso cuesta un pico. El presupuesto destinado a este tipo de gastos es muy elevado, demasiado para un país como el suyo. La reina peca por exceso. Nada que ver con su antecesora, la reina Noor, que lucía habitualmente moda jordana para dar visibilidad al trabajo que muchas mujeres realizan en talleres diseminados por el reino hachemita. Por cierto, que Noor tuvo que instalarse en Estados Unidos cuando el rey Abdalá asumió el mando. El deseo del rey Hussein era que su hijo Hamza fuera el sucesor de su hermano mayor. Sin embargo, Abdalá le retiró el título de príncipe heredero en favor de su hijo Hussein. El joven príncipe ha sorprendido por su manejo de las quejas de los jordanos. Pulsa sobre el botón SIGUIENTE y sigue leyendo.