La primera edición de Operación Triunfo dio como resultado un grupo de concursantes preparados (¿o no?) para acariciar el éxito. Entre ellos se encontraba Álex Casademunt, un joven catalán con ansias de convertirse en toda una estrella y con cualidades de sobra para hacerlo.
Rubio, ojos azules, simpático y con una voz especial, se puso al mismo nivel que su compañero y amigo Bustamante, el tercer finalista. Después de unos cuantos dúos, peleas y unos cuantos años de desengaños, Casademunt se sincera.
7«Vas a un restaurante y no te gusta la comida»
El productor de Casademunt, afirma que se produjo el mismo resultado que una visita a un restaurante que no conoces bien. Te sientas, te dan de comer un menú que puede que no era lo esperado o que no hayas tenido previsto que llegaría. A la hora de pagar, no quieres hacerlo porque te sientes estafado.
Decides marcharte y pierdes todo lo que habías invertido. El tiempo, el desplazamiento hasta el lugar y todas las ilusiones en el mismo. Álex, sin embargo, no lo ve de la misma forma, sino que habla de una estafa sistemática, con personas que como él tienen grandes sueños e ilusiones profesionales sobre las tablas y los escenarios. La decepción fue enorme para una persona joven e inocente.
