Jorge Javier Vázquez utiliza su tribuna semanal en ‘Lecturas’ para desahogarse sobre sus líos televisivos, para alabar a un compañero, para hablar mal de otro y para linchar a los críticos de televisión. En la última semana el presentador ha alabado a una de sus ex jefas, Ana Rosa Quintana, desvelando lo que le enseñó hace dos décadas sobre las entrevistas promocionales televisivas: «Ana Rosa Quintana es, de todas las personas que nos dedicamos a esta profesión, una de las más listas. Cuando hace más de veinte años arrasaba con ‘Sabor a ti’ ya la escuchaba decir: “En las entrevistas no puedes decir que todo te va muy bien. O al menos no del todo. Siempre tienes que contar que hay algo que te preocupa y que te impide ser enteramente feliz”. Yo por aquella época no la entendía. Ahora, veinte años después, sí. Los medios solemos cuidar a un profesional desdichado y cargamos las tintas contra al que aparentemente todo le va bien«.
El presentador desvela que lo han dado dos veces muerto televisivamente: tras la cancelación de ‘Cámbiame Premium’ y tras el estreno de ‘Gran Hermano’. El niño bonito de Telecinco ha sufrido dos otoños consecutivos complicados por estos dos programas, en especial el segundo: «Recuerdo que un lunes, almorzando con Óscar y Adrián en plena vorágine de críticas por el reality, les confesé que ya no estaba seguro de que me compensara todo lo que estaba sucediendo. Sin embargo, de aquella época complicada nació una de las decisiones que más felicidad han aportado a mi vida: dejar de leer todo aquello que se publicara sobre mí. No participar en ese juego tramposo que utilizan la plana mayor de los confidenciales que se dedican a la información televisiva: utilizar tu nombre con titulares tendenciosos y negativos para que los lectores caigan en la tentación de darle un clic a un artículo que raras veces tiene que ver con lo que promete. Desde entonces salgo a trabajar mucho más alegre y confiado. He recuperado las ganas de hacer el ganso (todavía más) pero sobre todo he vuelto a conquistar un tesoro que había perdido sin darme cuenta: la libertad».
En el texto hay una parte cierta: los confidenciales utilizan titulares sensacionalistas de periodismo casi vacío para agarrar clicks, táctica similar al que utilizaban el mismo Jorge Javier y sus jefes en ‘Aquí hay tomate’, programa que les hizo millonarios a los tres y estrella catódica al primero. Recuerden el sórdido refrán español: «De puta a puta, taconazo». Y que lo recuerde en especial el presentador, cuyos míticos cebos fueron primero alabados y luego criticados por todo el país. Luego el de Badalona, tras el traumático final tomatero, se intentaría reciclar vitalmente entre el canto y el encargo menor en Telecinco hasta que ‘Sálvame’ le sacó del pozo. Pero la alegría no es eterna, tal y como contaría el protagonista en su desgarrador libro ‘Último verano de juventud’, y ahora Jorge intenta lamerse las heridas tapándose los oídos y abriendo la boca. No cuela, porque sí realmente no escuchara críticas no habría subido las fotos de los críticos que le llaman «feo». Allá cada cual con sus complejos…
