No hay vuelta atras. La situaciĂłn entre los hijos de la Duquesa De Alba es insostenible. Me cuentan que las Ășltimas declaraciones que Cayetano MartĂnez de Irujo concediĂł a la revista Vogue han provocado un autentico tsunami. No solo porque hay miembros familiares que consideran desmedido el odio que supura sus palabras, sino porque consideran que su revelaciones son tardĂas y cobardes. QuizĂĄs han llegado en tiempo y forma errĂłneos, sobre todo porque tuvo muchos años para desmarcarse y plantar cara a su pasado, a su infancia y a su familia. La mĂĄs perjudicada en su lucha contra la vida fue su hermana Eugenia.Â
Ella resopla en privado y calla en pĂșblico. Ha aprendido a mantener la calma en tiempos de cĂłlera. Sin embargo, me cuentan que ha prometido venganza y, aunque intenta aparentar tranquilidad, la procesiĂłn va por dentro. Y asĂ se lo ha hecho saber a su propio hermano: «ellos han tenido una conversaciĂłn muy tensa en la que han podido decirse algunas cosas que tenĂan pendientes», me aseguran. La cita, que se produjo hace tan solo unos dĂas, pudo acabar como El Rosario de la Aurora. No fue asĂ, sobre todo por la cordura que ambos depositaron en una tercera persona en discordia.Â
Mucho mĂĄs discreto, siempre a la sombra, se mantiene Fernando MartĂnez de Irujo. Respetuoso, elegante y siempre generoso con sus familiares, tan solo pide un poco de tranquilidad. En su opiniĂłn, las Ășltimas declaraciones de su hermano deberĂan haber llegado «cuando mi madre estaba viva. AquĂ todos hemos vivido muchas circunstancias y no las hemos contado», me dice al otro lado del telĂ©fono. Â