Diez razones para amar a Lydia Lozano y caer rendidos a sus pies sin miedos ni dubitaciones

Desde que aterrizó en Tómbola, Lydia Lozano no ha parado de trabajar en los formatos rosas más exitosos de la televisión. Sin duda, es una de las periodistas más queridas por el público. Tiene una legión de fans. Si no te cuentas entre ellos, lo estarás cuando leas nuestras diez razones para amarla.

Nos encanta el peinado de Lydia Lozano a lo Farrah Fawcett. La periodista es nuestro Ángel y el de Charlie. Y sus mechas, ay sus mechas, somos fans máximos.

Aunque llore, se enfade y patalee, Lydia es una gran profesional que por nada del mundo abandona su puesto de trabajo. Un olé por ella.

Por más duros que soplen los vientos, Lydia no le niega un “Hola” ni a su peor enemigo. Nos arrebata su manera de tender puentes, aunque sea lo primero que vuelen en tiempos de guerra.

Lydia Lozano es una de las caras más significativas de Sálvame y se lo agradecemos. Es toda una estoicidad aguantar como aguanta en el programa. ¡No te vayas nunca, Lydia!

Aunque la periodista no es personaje, sabemos que por la devoción que le tenemos nos perdonará que hagamos mención a su historia de amor con Charlie. Somos incondicionales de este Love Story.

Lydia es una de las periodistas más veteranas del corazón. Su presencia ha sido una constante en los formatos rosas televisivos más exitosos. Solo por eso, tiene todo nuestro respeto.

Que Lydia Lozano es una mujer que cuida su look, salta a la vista. Nos roba el corazón cuando proclama su afición a comprar ropa made in Spain. Sin duda, algo digno de mención en un mundo dominado por el made in China.

Y qué decir de los zapatos de la periodista, pues que es una de las mujeres mejor calzadas de España. De hecho, tal es su tirón que hasta tiene su propia línea, Los Lydios.

Una boda muy feliz

Si Lydia Lozano se pierde, búsquenla en Bali. Le encanta ese rincón del mundo. Es ahí donde recarga pilas. Tan solo necesita una hamaca, sol y la compañía de su marido para ser feliz. ¿No es adorable?

Hay que reconocer la generosidad de Lydia a la hora de abrir su corazón para contar aspectos íntimos. Nos emocionó el que hacía referencia a su novio fallecido en accidente. Su vida, aunque muchos no lo crean, no solo está hecha de rosas, también de espinas tan dolorosas como la que acabamos de explicar.

Ir por la calle con la rubia periodista es no poder dar un paso. A cada momento, la gente se acerca para besarla y decirle cosas bonitas. Lydia es muy querida entre el público y su legión de seguidores lo corrobora apoyándola a tope en las redes sociales. ¿Quién da más?