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sábado, 4 mayo 2024

Todos los secretos que siempre quisiste saber de Pedro J. Ramírez y nunca te contaron

Pedro J. Ramírez ha sido objeto de todo tipo de comentarios. Para muchos, es el hombre que quitaba y ponía gobiernos. De hecho, el presidente Zapatero, llegó a decir de él: “A Pedro J. si tengo que matarlo, lo mato a besos”. Pero, ¿cómo es este hombre al que muchos temen? Aquí van los grandes secretos del periodista que jamás te contaron.

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Curiosa la manera que tenía Pedro J. de entretener a su hija pequeña secuestrando sus muñecas. Sí, si, tal como lo leen. El periodista escondía las Barbies de María y le enviaba notas del tipo: “Hemos secuestrado a su Barbie. O paga un rescate de cinco pesetas antes de 24 horas o la matamos. Debe dejar el dinero sobre la nevera”. Cuando la niña regresaba del colegio y se encontraba con eso, le preguntaba a su padre si había sido él y Pedro decía que no, que había sido El Zorro, tal y como explicó su biógrafo José Díaz Herrera en “Pedro J. Ramírez al desnudo”.

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A su hija mayor, María, Pedro J. le puso el apelativo de Coquito, en honor a la película de Pedro Masó. Adoraba a su hija y no había día en que no escenificara para ella cuentos infantiles. Las cintas las guarda como oro en paño su primera mujer, Rocío Fernández, y en ellas puede escucharse la voz del periodista diciendo: “Aquí Producciones Pedro J. Ramírez. Hoy vamos a representar el cuento Caperucita encarnada y el lobo feroz. Érase una vez…”.

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Desde su juventud, Pedro J. arrastra una úlcera que le impide fumar, beber y las comidas picantes. Esta circunstancia le convirtió en un ser inseguro e hipocondríaco. Durante años, tuvo terror a las agujas. Si le decían que tenía que ponerse una inyección, corría como alma que lleva al diablo.

_elmundopedrojotanov20132_de1e7360 De Pedro J. se han dicho muchas cosas, aunque una de las más chocantes es la que sobre él escribió el director de la revista Triunfo, Alonso de los Ríos: “En el régimen duro –la dictadura- Ramírez se doblaba como la hierba. En el régimen blando –la democracia, se envalentona. El temeroso de El Pardo, (el que acudía a los mítines de la Plaza de Oriente) tira ahora piedras contra La Moncloa. Es la misma fórmula de cultivar un ego enfermizo y una cobardía”.

pedro-j-ramirez-para-jot-down-3 El ex director de El Mundo se jacta de que estuvo en el despacho de Ben Bradley, el director del Washington Post, la mañana en que el juez Sirica tenía que tomar la decisión sobre si hacer públicas la conversaciones grabadas de Richard Nixon sobre el Watergate. Su biógrafo, José Diaz Herrera, asegura que revisado el libro de visitas de esos días, Ben Bradley anuló todas sus visitas, entre las que no se encontraba ninguna con Pedro J.

risto_mejide-pedro_j-_ramirez-viajando_con_chester-barcenas-mariano_rajoy-el_mundo_mdsvid20140518_0012_17 Hubo un tiempo en que Felipe González se convirtió en auténtica obsesión para Pedro J. Ramírez. Sobre su manera de hacer para acabar con él y su gobierno, el diario El País escribió: “Cuando hemos denunciado las malas artes de un sector del periodismo español dedicado al chantaje, la extorsión, la mentira y la falsedad, se nos han pedido nombres. Pues ahí va el primero: El Mundo es un ejemplo admirable de periodismo amarillo y extorsionador. Y su incendiario director tiene más amor a la gasolina que a la verdad”.

pedroj-agatha-gtres-t Durante años, Pedro J y Ágatha han querido mostrar al mundo que el incidente del vídeo no les pasó factura. Sin embargo, de aquellos días data una grabación, obtenida por el CESID, en la que se demuestra que la diseñadora, tras el escándalo, se instaló en París y exigió al padre de sus hijos tres bienes inmuebles, uno en Mallorca, otro en Milán y el último en París. El de Milán es un amplio local donde Ágatha puso una de sus tiendas. Los dos restantes, son viviendas.

pedro-j-ramirez-por-fin-hay-una-alternativa-centrista-6050349-1 Pedro J Ramírez es un hombre de suerte. Ha ganado rifas, le ha tocado la lotería de Navidad, 16 millones de la época. El mismo ha reconocido: “A veces siento pudor ante los juegos de azar por lo fácil que me resulta ganar. Aunque la fortuna está de mi parte de una forma especial, prefiero reservar mi suerte para cosas importantes”, confesaría el periodista a Marta Robles.