Los realities son una fuente de inspiración para los productores de cine porno. El tirón de los participantes de Gran Hermano, Acorralados, Supervivientes y otros formatos similares hace que sus rostros se conviertan en objeto del deseo para los creadores de cine para adultos. También está la versión contraria, la de actores y actrices de cine X que se enrolan en la telerealidad.
Durante su paso por Gran Hermano 11, Rebeca Perea y su muñeca Rosita eran una. La catalana transmitió una imagen de niña buena y mojigata que tiró por tierra cuando se adentró en el cine porno. Sobre los motivos que le llevaron a cambiar de registro, Rebeca explicó: “Me pusieron delante un percebe y no pude contenerme”. ¿Lo diría con doble sentido?
Algo debía tener el agua que bebían en Gran Hermano 11 porque, además de Rebeca Perea, también otro de sus participantes, Siscu, se echó al porno. Su primer trabajo en el género fue “Vacaciones crapulosas”. Un tiempo después, buscaba chicas para participar en “Edredoning con Siscu”, un formato de serie X con sabor a Guadalix de la Sierra.
