En la vida de Belén Esteban hay rosas y espinas. Las rosas han sido ampliamente difundidas. Vamos a hablar de las espinas. Esas experiencias que nada tienen de agradable y que han hecho mella en ella. Que le han convertido en la mujer apasionada y exitosa de nuestros días.
La muerte de su padre dejó a Belén tocada y hundida. Ambos estaban muy unidos y se profesaban un gran cariño. Aunque el tiempo ha suavizado el dolor, la rubia todavía se emociona cuando recuerda al que fue su roca.
Belén Esteban se quedó sin habla cuando supo que Jesulín, animado por María José Campanario, quería pedir la custodia de Andrea. Según la rubia, la noticia le llegó por la hoy mujer del diestro, entonces novia. Lejos de arredrarse, Belén sacó toda la artillería y adoptó como grito de guerra la siguiente frase: “María José, frena, Andreíta no es tu nena”.
Aunque sabía que su relación con Jesulín estaba rota, cuando Belén se marchó de Ambiciones, pensó que tendrían una segunda oportunidad. La venda se le cayó de los ojos cuando el torero, acompañado por su chófer, dejó sus pertenencias tiradas en el portal de la casa de los padres de la copresentadora. Unas imágenes muy duras.
Al igual que en su forma de ser, Belén también es visceral en cuanto a sus amistades. Defendió públicamente a Luis Rollán cuando a éste le acusaron de haber vendido la exclusiva de su boda. Ella le creía hasta que, una tarde, durante una pausa en Sálvame, quien bien conocía el paño le contó la verdad. Entonces, Belén se sintió idiota y empezó a perder la confianza en Luis.
Belén se convirtió en un animal mediático nada más aparecer en televisión. Su discurso y la manera de expresarlo le hizo ganar muchos seguidores. Esa fama rápida fue la que la llevó a fiarse de personas que no la querían bien. A día de hoy, la rubia sale corriendo si escucha el nombre de Cristina Blanco.
Una de las características de Belén es que no soporta que le lleven la contraria. Es por eso que cuando salió de GHVIP y escuchó lo que sus compañeros de Sálvame habían dicho sobre ella, montó en cólera. Es posible que la rubia no sea rencorosa pero sí memoriosa. De ahí que siempre que puede, recuerde a sus compañeros lo sucedido. En el fondo, todavía espera una disculpa o un perdón.
Durante años mucho se habló acerca de los problemas de Belén con las drogas. Sin embargo, ella jamás quiso reconocerlo. El uso y abuso de sustancias la llevó a un punto en que ya no podía obviar la realidad. Su deterioro físico era más que evidente. Al final, tras pasar por un período de desintoxicación, la copresentadora abordó su dura experiencia en su biografía. Eso sí, lo hizo de pasada, pues es un tema que la incomoda. No se sabe si porque le produce vergüenza o por lo mal que se lo hizo pasar a los suyos.
Mientras Belén lloraba en GHVIP recordando a su novio Miguel, éste se lo pasaba de lo lindo con una compañera de trabajo. Al salir del concurso, se enteró de lo que se cocía por boca de Toño Sanchís, su entonces manager. Estaba rota y no podía entender cómo su chico había aprovechado su encierro para traicionarla. Sin embargo, tras una ruptura cargada de encuentros, volvieron. Ella dice que quieren casarse y tener hijos.
Aunque en Mediaset la quieren mucho, Belén también tiene que acatar órdenes. Los mimos y cuidados llegan hasta un punto, cuando te piden que entres en un programa. Ella se negó pero le dijeron que sino accedía a participar en GHVIP, pasaría a ser historia en Telecinco. Aunque suplicó, pataleó y lloró, tragó. Ella misma ha reconocido públicamente que entró obligada al reality.
