Hubo un tiempo en el que todo el mundo bailaba al son de Carlota Corredera, cuya meteórica carrera televisiva ha provocado ríos de tinta. Pero la gallega y sus muestras de egocentrismo parecen haber comenzado a cansar a sus compañeros. Este jueves la gallega daba paso a un vídeo en el que Kiko Hernández daba una exclusiva, y la presentadora apuntaba: «¿Por qué no vienes cuando estoy yo? ¿Te estás guardando todas las bombas para Paz y Jorge?». Kiko, harto de tanto mensaje subliminal, no tuvo más remedio que contestarle en ‘Sálvame’: «Mi churri ya no es Carlota Corredera. Ya no me mandes más mensajitos desde aquí. Los días que tengo que venir aquí a trabajar me los marcan los directores de este programa, Raúl Prieto y David Valldeperas». Es decir, la gallega ya no le dirige y si tiene problemas que le pregunte a los mandamases del programa.
Kiko continuó con el ataque, entre irónico y lleno de mala leche: «Parecemos Pimpinela o los amantes de Teruel, tonta ella y tonto él». No sabemos cómo lo habrá recibido Carlota, que habrá tenido que tomar nota ante los dardos de su compañero. No sabemos qué ha ocurrido entre ambos apenas un mes después que la gallega subiese una fotografía en su Instagram tras conocer a las dos hijas de su compañero, del que siempre ha hablado bien en las múltiples entrevistas que ha concedido en los últimos tiempos.
De todas formas Kiko sigue con su política y continúa dando exclusivas sin la presentadora. A Jorge Javier Vázquez, en plena resaca de su entrevista más heavy a Lucía Pariente, le mostró un audio que provocó la reacción del presentador: «Es lo más asqueroso que he escuchado en mi teléfono desde que nací. ¡Ostras!, ostras! Estamos ante un hecho…y no se puede explicar (…) Yo la he defendido en Supervivientes, pero hay cosas que dejan mucho que desear de ella como persona. Este documento muestra cómo es ella en su casa». Este audio, que no se puede mostrar, probaría las dos caras de Lucía Pariente, de las que ya han hablado varios medios en las últimas semanas.
Pero a Lucía todavía le queda mecha televisiva pese a su retraimiento en la entrevista del pasado martes, en la que pidió perdón y aguantó el chaparrón que le cayó de parte del presentador y tertulianos. La madre de Alba Carrillo no quiso hacer sangre con su hija, sobre la que contextualizó sus enfados, no quiso entrar en su guerra con Kiko Matamoros, tras disculparse con su hija, a la que había tildado de «guarra y perra». No sabemos si ‘Supervivientes’ le obligará a pagar los 100.000 euros de cláusula que tiene su hija Alba por abandonar el programa, pero dudamos que Lucía haya perdido dinero. De hecho Kiko Matamoros insinuó negociaciones antes de la entrevista, y conociendo los mecanismos de Telecinco, no está descartado en absoluto que se reencuentre con su hija y compañeros en una futurible repesca. Todavía le queda mucho juego que dar a Lucía, que ve atónita como una cámara de ‘Sálvame’ le espera a la puerta de casa.
