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Isabel Preysler cambia de hábitos por amor: de «comer bocadillos en un autocar» a los viajes VIP

La pareja más viajera del famoseo internacional parece ser la que componen Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. Hace unos días se les vio en Perú, dicen que preparando boda, y horas después los veíamos en su particular «luna de miel» escalando en Salzburgo para disfrutar de la ópera en la ciudad de Mozart. «Cada viaje con Mario es una de miel», decía Isabel en Colombia, país que también disfrutaron en medio de dimes y diretes. Y esos diretes vienen hasta de su hija Tamara Falcó, en este caso para bien. En el último número de Telva señala que «nunca he considerado que tener a Isabel Preysler como madre sea una desgracia, todo lo contrario. ¡Ojalá cuando yo tenga su edad esté tan bien! ¡Qué gozada! Sí es cierto que el aspirar a ser como ella, me ha hecho una persona más exigente. Mi hermana Ana y yo solemos decir que mi madre es la mejor publicidad que podemos tener para nuestros novios: no os preocupéis chicos, así estaremos cuando seamos mayores».

Isabel Preysler cambia de hábitos por amor: de "comer bocadillos en un autocar" a los viajes VIP
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Pero el viaje más comentado fue el de Perú, sobre el que Jesús Mariñas dice que «punto y aparte para exaltar el distinto comportamiento de la eterna Isabel y el Nobel peruano originario de Arequipa, escenario inspirador de su maravillosa La casa verde, tan retrato de aquel Perú rústico y violento. Tiene el tono denunciador de Ingobernable, nuevo arrollador serial. Es varapalo al narcotráfico que existe entre México y Estados Unidos, le zurra fuerte hasta al presidente azteca y hace desear que aquí alguien tenga la ocurrencia de hacer uno centrado en La Moncloa y Mariano Rajoy. Parece misión imposible, como al principio fue el romance Preysler-Mario. Nadie apostaba por ellos y llevan ya tres años plagados de viajes, algo que esta reina de corazones solía detestar».

 

Cuenta el periodista que antes Isabel detestaba los viajes: «Nunca acompañó a Julio Iglesias en sus años matrimoniales y solo lo hizo en sus entregados primeros años recorriendo nuestra América: “Viajaba con nosotros en autocar y comíamos bocadillos porque no daba para más”, evoca exaltador Alfredo Fraile. Isabel prodigó elegancia en este 81 cumpleaños del escritor, la ciudad a sus pies ante su sencilla coleta baja y blusa con rebequita, sin sofisticación de las que suele. Mario se acomodó sin corbata pero con rayada camisa de ejecutivo. Sorprendió que ella no probase el plato típico de ese país de tanto impacto culinario: Madrid y Barcelona están llenos de ofertas con esa cocina picantona. Recelosa, rechazó el enorme conejillo de Indias que sirven frito y entero sin quitarle la cabeza. Se disculpó con un “perdón, he almorzado mucho”, es de poco picar. Pero se desquitó con el fuerte queso de papaya. Luego impactó a coro cantándole ‘Happy Birthday’, primera vez que lo hacía ante público. Fue marcha triunfal, himno de la alegría y salmodia. Siguieron visitando Machu Pichu como dos turistas corrientes». Quizás sea excesivo lo de dos turistas corrientes, porque esta pareja será lo que sea. Todo menos corriente… Su última aparición pública (véase la foto) fue en la Maestranza de Sevilla en la famosa y tradicional corrida de toros del Domingo de Resurrección.