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Demi Lovato y el perturbador episodio de su vida que no logra olvidar

La vida de Demi Lovato empezó dentro de la factoría Disney pero poco o nada tiene que ver con el de las princesas de cuento. Y es que a sus 25 años, la cantante, nunca ha ocultado la cantidad de problemas que han marcado su corta vida. Ahora se suma uno nuevo… ¿Quieres saber de qué se trata? ¡Sigue leyendo!

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En una entrevista para la revista ‘Billboard’, la actriz ha reconocido que, en 2016, tuvo que irse de la gala del MET porque el ambiente que allí respiraba le daba ganas de beber alcohol. Y así lo ha narrado: «Tuve una experiencia terrible – relata la cantante– había una famosa que era malísima y me sentía muy miserable a su lado. Era todo como los grupitos del instituto. Recuerdo sentirme tan incómoda que tenía ganas de beber». Acto seguido, escribió a su manager, que la llevó a una reunión de Alcohólicos Anónimos, a las que Demi Lovato acude regularmente desde 2012.

Y añade: «Me cambié la ropa pero llevaba puestas las joyas. Millones de dólares en diamantes en una reunión de Alcohólicos Anónimos. Me sentí más cerca de los sinhogar que luchaban contra lo mismo que yo que con la gente de la gala», asegura para la citada publicación.

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Demi Lovato ha documentado su infierno vital en dos documentales, como recuerda la revista ‘Lecturas’ en sus páginas. El primero se estrenó en 2010, a su salida de un centro de rehabilitación en el que ingresó al hacerse público que era adicta a las pastillas. Lo denunció una de sus bailairinas, a la que Demi golpeó durante un concierto de 2009. En este documental, aseguraba que estaba curada y sobria. Pero no era cierto. En otro reportaje sobre su vida que estrenó a finales del año pasado, confesó que mientras lo grababa consumía cocaína y alcohol. 

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Demi Lovato también relató que escondía cocaína para esnifar en los aviones porque era incapaz de estar media hora sin consumir. El punto de no retorno fue cuando estuvo a punto de morir por una sobredosis tras una actuación en la televisión. Su mánager destruyó el teléfono en el que ella tenía guardado el contacto de su camello y movió los hilos para iniciar su recuperación. Una recuperación segura y positiva de la que ahora puede presumir y dar ejemplo. ¡Felicidades, Demi!