Fabiola Martínez, mujer de Bertín Osborne, ha concedido a la revista Diez Minutos su entrevista más sincera y más profunda. En ella abarca todo tipo de temas, entre los que cabe destacar la preocupación y la entrega hacia su hijo Kike, su relación con Bertín, su pasado laboral y la preocupación por su imagen.
Te contamos todos los detalles, a continuación.
Fabiola y Bertín Osborne: volcados día y noche con su hijo Kike
Es la prioridad absoluta de Bertín Osborne y Fabiola Martínez. Ese no es otro que su hijo Kike, que padece lesiones cerebrales. Lo ha definido en la entrevista como un niño luchador, cariñoso y muy agradecido. Tiene bastante empatía y es capaz de ponerse en el lugar de sus padres. Valora todo lo que estos hacen por ellos y es consciente de todo el esfuerzo que emplean por conseguir su superación con la enfermedad.
Fabiola ha confesado que, en cuanto a los cuidados de niños que tienen lesiones en el cerebro, el factor económico es clave. Al parecer hay muchos padres que tiran la toalla por no tener los medios ni los recursos necesarios para hacer frente al tratamiento. En la fundación que tienen en la familia, su objetivo es ayudar y guiar a todas aquellas personas que no cuentan con ingresos suficientes para enfrentarse a la cura de la enfermedad de sus hijo. Eso sí, tienen que contar con una gran actitud, que es imprescindible para proporcionarle un buen futuro al niño.
El deseo de unos padres esperanzados
Fabiola y Bertín son una pareja unida donde las haya. Nunca han tirado la toalla. Ella siempre se ha adaptado a las circunstancias que le han tocado vivir. Pero hay algo que no ha negado, y es la gran preocupación e incertidumbre que siente por cómo será el futuro de su hijo Kike Osborne. Por ello, ha querido hacer un llamamiento a todo el que quiera colaborar con ellos: «Al día de mañana le pido que Kike, cuando no estemos nosotros, tenga la misma calidad de vida que tiene en la actualidad. Eso sí es algo que me angustia, y para ello ponemos los medios necesarios, para adelantarnos a las circunstancias y dejarlo todo organizado: un tutor personal que le controle y se asegure de que esté bien atendido, o el que se encargará de gestionar la parte económica para que no le falte de nada en el futuro».
Hace algún tiempo, Bertín se manifestó en la misma dirección: «Por ley de vida Fabiola y yo nos tenemos que ir antes y me mata que Kike no tenga una vida feliz cuando no estemos. Por eso trabajo como un auténtico burro. Su futuro es lo único que me quita el sueño, no el de mis otros hijos, que van a estar bien, porque son inteligentes. Pero a Kike debemos ayudarle”.
El precio que Fabiola tuvo que pagar por dejar de trabajar
Fabiola Martínez quiso profundizar un poco más en su pasado. Algo que marcó un antes y un después en su vida fue el hecho de tener que abandonar su profesión para encargarse de cuidar a su hijo durante las veinticuatro horas del día. Esto supuso un cambio agridulce en su día a día, ya que perdió la vitalidad de una rutina laboral, pero ganó la compañía de su pequeño.
Durante cuatro años, Fabiola estuvo alejada de todos los compromisos profesionales. Cuando nació su hijo Carlos, tuvo que ocuparse de cuidarlos a los dos. Cuando Kike empezó a recuperarse, ya retomó su vida normal: «Me ha costado mucho asumir que no gano lo que ganaba antes, eso para alguien como yo que he trabajado desde los 16 años es un poco frustrante». Declaraciones, cuánto menos, estremecedoras.
Las ventajas de tener el apellido «Osborne»
Rosa Villacastín le pregunto a Fabiola sobre el apellido Osborne, y si este les había ayudado y favorecido a la hora conseguir las ayudas necesarias para su hijo Kike. Ella no dudó en contestar con un rotundo sí: «Abre muchas puertas, si de algo me tengo que aprovechar en la vida es de eso, porque a nosotros nos han atendido muy bien por ser de la familia de Bertín Osborne«.
No todo van a ser problemas para ellos. Benditos sean los beneficios y prioridades que les puedan dar a los Osborne por su apellido. Si eso puede mejorar mínimamente el estado de salud de su hijo Kike y puede aliviar algunos de sus síntomas, bienvenido sea todo trato de favor.
Preocupada por su aspecto físico
A toda mujer, y sobre todo cuando notas que, poco a poco van pasando los años, le gusta sentirse guapa. Ella lo es, y de eso no nos cabe la menor duda. Fabiola Martínez es una mujer coqueta y no dudará en hacer lo que sea para seguir viéndose bien. Ha confesado que ya le han salido canas, y que aunque ella quería verse con el pelo blanco, los profesionales le han aconsejado que lo deje para más adelante.
A sus 46 años, está dispuesta a corregir ciertas cosas de su físico que no le convencen, como por ejemplo sus párpados. Eso sí, no es partidaria de pasar una y otra vez por el quirófano, y mucho menos de que una operación implique un cambio de aspecto, y que con ello se vuelva otra persona totalmente diferente: «Bertín me dice que estoy muy guapa y que parece que está con otra persona», confesaba Fabiola.