Diana de Gales fue una mujer que sin duda dejó un legado muy potente. Su manera de actuar y de entender la vida la llevó lejos. Y no solamente en el terreno profesional, a nivel mundial fue una de las mujeres que más relevancia tuvo. El día de su muerte se convirtió en un icono para muchas personas. Una mujer con mucha fuerza, abierta y empática con el resto de ciudadanos la llevaron a situarse entre las más queridas. Pero como muchos personajes relevantes, no fue hasta el día de su muerte cuando se supo ver la estrella que llevaba dentro. Hoy, hace 21 años que nos dejó la princesa de Gales.
21 años desde que sufrió el trágico accidente
Tal día como hoy el mundo entero lloró la muerte de Lady Di. Remontamos al 30 de agosto de 1997. La princesa de Gales llevaba ya separada del príncipe Carlos un año, un matrimonio que no llevaba a buen puerto. El verano de 1997 Diana de Gales fue perseguida por los paparazzi en sus aventuras por el mediterráneo. El 30 de agosto llegaban a París ella y su nuevo amor, el productor Dodi Al Fayed, con el que había disfrutado de sus primeras vacaciones juntos. Siempre desde el respeto y la discreción.
A su llegada a París, fueron a cenar al hotel de lujo Ritz. Donde disfrutaron de una exquisita cena donde los dos se encontraban muy felices. A la salida del hotel, siempre con la discreción que les caracterizaba, intentaron ser lo menos llamativos posibles. Los dos se montaron en un mercedes y entonces ocurrió la gran tragedia. Eran perseguidos por un montón de fotógrafos y el coche se embaló en un túnel a alta velocidad. Una vez en el túnel, el mercedes se empotró contra un muro de cemento, lo que provocaría horas más tardes la muerte de Diana. Reino Unido se sumergió en un duelo que duró una semana, y a partir de entonces se convirtió en «la princesa del pueblo» para todos los ciudadanos.
La primera en eliminar el estigma del SIDA
Para cada uno de los ciudadanos significó una cosa, pero todo el mundo la adoraba por su forma de comprometerse con las cusas sociales. No tenía prejuicios y se mostraba muy al natural. Y eso que, una vez que entras a una Casa Real es muy difícil seguir comportándote como quieres. Lady Di era así, vivía por y para el pueblo, y eso era lo que más le importaba.
Fue una de las primeras mujeres en romper con el estigma del SIDA. Por aquellos tiempos, el desconocimiento recorría a las sociedades y todo lo que fuera una enfermedad era algo maligno. Ella no tuvo reparo en dar la mano a una persona que padecía SIDA. Con una sonrisa en la cara y sin tener algún reparo, lo hizo. Fue uno de los muchos compromisos sociales que se adjudicó la princesa.
Un icono de moda para muchas celebrities
Lady Di, además de pensamiento, sigue estando muy presente entre las diversas sociedades por el legado tan grande que dejó en cuanto icono de moda. Desde que entró en la Casa Real británica, todo el mundo fue testigo de la evolución estilística que tuvo. Lució trajes que asentaron las bases del icono de moda en el que llegó a convertirse. Ya que, a través de su ropa transmitía su personalidad. Esa personalidad que tanto gustó y que está muy presente a día de hoy. Los numerosos trajes y conjuntos que utilizaba la princesa no agradaban a todo el mundo. Una de las personas que no veía del todo bien el estilismo de Diana era su suegra la Reina.
Fue a partir de ese momento cuando Diana de Gales quiso demostrar a todo el mundo que no se dejaría guiar por los patrones antiguos que había en la sociedad. Lució faldas cortas, escotes vertiginosos, colores llamativos, y todo eso con la elegancia que siempre la caracterizó. El día que se especuló pro primera vez en televisión sobre las posibles infidelidades que había cometido el príncipe Carlos, quiso llevar a cabo una venganza. La princesa apareció en un evento con un vestido negro, corto y con un escote palabra de honor.
La verdadera princesa del pueblo
Algo de lo que no cabe ninguna duda es que Lady Di fue la viva imagen del pueblo. Fue la representación que el pueblo ha querido reproducir desde siempre. Una persona muy carismática que entró en la Casa Real sin tener ningún conocimiento. Fue profesora de guardería y estaba muy ligada a la gente de la calle. Su tremendo carisma la llevó a ser una de las personas más queridas de la Casa Real británica.
También fue protagonista en numerosas ocasiones por romper con los códigos de la realeza. Rompió con el protocolo real con gestos como prescindir de niñera o llevarse a su hijo de viaje oficial aunque fuera solo un bebé. Demostró que los cuentos de hadas no existen y que a pesar de tener la accesibilidad a todo, se puede ser infeliz. Soportó infidelidades de su marido y, las leyendas hablan de algunos episodios depresivos y trastornos de alimentación. Lady Di nunca dio una imagen de mujer rendida ni de ninguneada. Todo lo contrario, se mostró siempre como una mujer fuerte y luchadora.
Lady Di, Letizia Ortiz y Meghan Markle tres mujeres con muchas cosas en común
Las tres tienen muchas más cosas en común además de pertenecer a la realeza. Quizás sean más puntos estéticos que personales, pero las tres han pasado a la historia por algo. Ninguna de ellas se ha criado en un ámbito perteneciente a la realeza, han venido de «la calle» y han demostrado que no tiene nada que ver el lugar de donde procedas. O sí, porque las tres tiene un elemento muy carismático. El hecho de que hayan llegado de afuera, acerca mucho más al pueblo a su favor. Letizia lo tuvo bastante complicado a la hora de entrar en la Casa Real Española. ¿Cómo iba ser princesa una mujer republicana, periodista y divorciada?
Meghan sin embargo es la que menos lleva en el ámbito de la realeza. Pero sin duda se ha convertido en un icono para mucha gente. Su espontaneidad y naturalidad es lo que la acerca al pueblo. Además ha hecho varios guiños a Lady Di, llevando trajes y vestidos muy parecidos a los que un día lució ella. Tiene muy presente la figura materna de su marido y sin duda, la respalda bastante. Pero la primera de todas fue Lady Di, fue la primera en llegar y demostrar a todo el mundo que la calidez y la humanidad son dos factores muy importante para ser princesa.