Victoria Federica es uno de los miembros más dulces de la familia real. Hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, la joven tiene una gran sensibilidad y empatía. Destaca por el cariño que siente hacia su familia. Sin embargo, una de sus aficiones provoca el horror de la reina Letiza. ¿Qué ha pasado? Te lo contamos todo a continuación.
Victoria Federica, más dulce que la miel
Victoria Federica es una joven dulce y simpática. Destaca por lo familiar que es. Este verano en Palma pudimos verla dándole mimos a su madre. Y es que es de lo más cariñosa. Le da igual que los fotógrafos estén delante, ella se muestra tal cual es. De Victoria sabemos que tiene una gran sensibilidad para el ballet y la música. Aficiones que comparte con doña Sofía.
La separación de sus padres no es algo que haya acusado Victoria ya que ha podido pasar mucho tiempo con ellos. Al igual que con Elena, también está muy unida a Jaime. Tres cuartos de lo mismo ocurre con Froilán. Además, los dos hermanos se llevan de maravilla. Comparten ocio y pandilla. La diferencia es que Victoria Federica no se desmelena tanto como Froilán. Es más responsable y reflexiva, para tranquilidad de sus padres, que sufren lo suyo con la forma de entender la diversión de su hijo.
Aficiones que separan
Victoria Federica ha heredado el amor por los toros de su madre, una gran aficionada que siempre que puede se escapa a ver una corrida. La infanta ha querido transmitir este amor a sus hijos y desde pequeños los ha llevado con ella. El resultado es que son dos grandes aficionados y, según su madre, entendidos en la materia.
La familia real está dividida en cuanto a lo taurino. A quien no le gusta nada esta cuestión es a la reina Letizia, de ahí que repruebe la asistencia habitual de su sobrina Victoria en las plazas de España. Y es que doña Letizia pertenece al grupo de los animalistas y nada que vaya en contra de esto cuenta con su aprobación. De ahí que esté más que enfadada con el hecho de Victoria y Froilán sean tan acérrimos de la fiesta nacional. Considera la soberana que deberían tener aficiones propias de su generación.
Letizia, una mujer de su tiempo
Si algo tiene la reina Letizia es que es una mujer de su tiempo, de ahí que esté comprometida con las causas que preocupan a la sociedad actual. Su apoyo al colectivo LGTB es total. De hecho, algunos de sus componentes se han expresado sobre la sensibilidad de la soberana hacia su situación. Algo que echaban de menos con la reina Sofía.
Doña Letizia ni ha ido ni se la espera en los toros. El mundo de la tauromaquia sabe que no tiene en ella una aliada. Visto lo visto, hasta se entiende que monte en cólera por el fervor taurino de sus sobrinos. Aunque todo puede ir a peor si se confirma la relación entre Victoria y alguno de los dos toreros que dicen la rondan. Hablamos de Gonzalo Caballero, uno de los mejores amigos de Froilán, y Roca Rey, el peruano que más se arrima al morlaco.
Victoria, Letizia y viceversa
Y si la reina Letizia está molesta con su sobrina, pues viceversa. Y es que Victoria Federica quiere mucho a su familia. Tiene debilidad por su abuela materna, de ahí que cuando supo lo que su tía le hizo a doña Sofía en la última misa de Pascua, se enfadara mucho. Y no solo eso, sino que con gestos demostró que la apoyaba completamente.
Si en algo coinciden Victoria y Froilán es en el gran amor que sienten por los suyos. El hijo de la infanta Elena se ha llegado a pelear cuando ha escuchado hablar mal de don Juan Carlos. Su hermana no llega a tanto pero con sus maneras demuestra de qué lado está. Y es que doña Sofía sí ha podido disfrutar de sus nietos mayores. Nada que ver con lo que ocurre con Leonor y Sofía, siempre bajo la tutela de la abuela Paloma.
Vaya tela, majestad
Por más paripé palmesano que nos den, la familia real sigue divida en dos bandos. Por un lado, doña Sofía y la infanta Elena, por otro, doña Letizia y sus hijas, y en el medio, don Felipe. Vaya tela, majestad. Lógicamente, el resto de familiares tienen que tomar partido. Pues, bien, Victoria Federica lo tienen claro. Está con su madre y su abuela.
Y eso que parecía que doña Letizia quería congraciarse con su sobrina regalándole algunos de sus looks. Y sí, Victoria los aceptó, y no solo eso, también los lució, pero en relación a su abuela y su madre, no parte peras. Está a su lado a las duras y a las maduras. Por cierto, que el estilo de vestir de la joven fue muy alabado este verano. Y es que nos arrebata su belleza serena, su media sonrisa perenne y su porte elegante y etéreo de bailarina clásica.