Por todos es conocido el carácter agrio de la reina. Sus desplantes a la Familia Real han ocupado decenas de páginas entre las páginas de la prensa del corazón, pero Letizia ha ido demasiado lejos. La soberana perdió las formas con un niño pequeño y montó una escenita que obligó a don Felipe VI a intervenir para pedir disculpas. ¿Quieres conocer más detalles? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
Los humos de Letizia
> Los más cercanos a la reina aseguran que es un hueso muy duro de roer. Tiene un carácter muy fuerte y cuando algo se le mete en la cabeza, es difícil hacerla cambiar de opinión. Conocidos son sus desplantes a toda la Familia Real, destacando, por supuesto, aquel infame rifirrafe entre soberanas a la salida de la Catedral de Palma de Mallorca que dio la vuelta al mundo. Pero Letizia no solo se reserva las malas formas para sus suegras o cuñadas, sino que reparte leña a diestro y siniestro contra todo aquel que se le antoje. Famosa es la anécdota de cuando visitó unos grandes almacenes y cargó contra los empleados porque no tenían el champú que buscaba. “Luego me llenáis el pelo de grasa”, espetó cuando le sugirieron un producto similar.
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Letizia pierde las formas con un niño
> Leonardo Faccio ha destapado esta escandalosa anécdota en su libro recientemente publicado, La reina impaciente. Letizia, Felipe y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, fueron al cine a ver Las aventuras de Peabody y Sherman, y fue allí cuando la monarca perdió los papeles. “Antes de comenzar la película un niño les pidió fotografiarse con ellos. ‘Ahora no podemos. No estamos trabajando’ le dijo Letizia al niño. La reina reacciona con torpeza. Cree que no tiene el requisito de comportarse con entereza. Cuando no está en un acto oficial la reina espera que la gente actúe como si ella no estuviera allí. Sin pensar en la desilusión de un niño, que puede transformarse en desilusión masiva”, describe el escritor en su biografía sobre Ortiz.
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Felipe consuela al niño
> La cara del chaval sería un poema. La mismísima reina, a quien él adoraba, le negó una fotografía porque, bajo su punto de vista, no estaba trabajando. Por fortuna, don Felipe comprendió que su esposa no había estado muy acertada, y rápidamente se acercó a consolar al niño. “Se disculpó. Le dijo que si se tomaban una foto con él los demás niños querrían una y aquel día estaban allí para ver la película. Excusó a su esposa”, apunta Faccio en su libro. Superada esta bochornosa estampa, los reyes y sus hijas ocuparon sus asientos y se dispusieron a disfrutar del film. Todo iba bien durante los primeros minutos, pero cuando el metraje llegó a la mitad, ocurrió algo que sacó de quicio a los soberanos. El público se les echó encima… ¿Quieres saber qué pasó? Sigue leyendo, te lo contamos todo en la página siguiente.
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Felipe y Letizia, momento incómodo en el cine
> En la película, hay una secuencia en la que los personajes viajan al pasado y aterrizan en 1789, en Francia, justo en el momento en que el pueblo se une para acabar con el trono de Luis XVI. “En la oscuridad del cine, cuando los personajes llegaron a la Revolución francesa en que la gente clamaba por una sociedad igualitaria, los espectadores de la sala se unieron entre risas al coro antimonárquico: ¡Abajo la monarquía!”, escribe Faccio en La reina impaciente. ‘Tierra, trágame’, debieron pensar los reyes en aquel momento. Una tarde de cine y ocio familiar que de seguro nunca olvidarán, y no por lo positivo, precisamente.