La reconocida Arantxa Sánchez Vicario, se convirtió en una de las grandes en el mundo del tenis; a menudo rivalizada con Rafael Nadal, es una admiradora confesa con quien además señala tener cosas en común.
Fuera de las pistas de tierra batida, la vida de Arantxa ha sufrido varios altibajos y de los cuales, te contamos a continuación.
Una historia de éxitos deportivos
Arantxa Sánchez Vicario comenzó a jugar al tenis con tan solo cuatro años y a los catorce ya era profesional. Sacudió el mundo del tenis cuando en 1989, siendo número 10 del mundo y apenas conocida en el circuito, derrotó a la número 1 del mundo Steffi Graf en la final del torneo de Roland Garros, para sorpresa de todos, ganaría dos veces más este torneo, en 1995 y 1996.
En 1994 ganó el Open de Estados Unidos, llegó dos veces a la final de Wimbledon – en 1995 y 1996 – y fue número uno en la categoría individual de la WTA en 1995 durante 12 semanas. También ganó 14 títulos del Grand Slam: cuatro en singles, seis en dobles femeninos y cuatro en dobles mixtos; además de cuatro medallas olímpicas y cinco títulos de Copa Federación con el equipo español. Las crónicas que glosaron su retirada del tenis profesional afirmaron que había ganado de 14,3 millones de euros solo en premios.
Arantxa, también es una manifiesta a admiradora de Rafael Nadal, a quien se refiere como “una persona luchadora, como yo”. “Nunca nos rendimos en la cancha, tenemos ese carácter ganador, es un jugador excelente y una persona excelente, un campeón”.
Su vida amorosa
Para Arantxa Sánchez Vicario, su vida amorosa no ha transcurrido a la par del éxito en el deporte. En julio de 2000 se casó con quien habría sido su pareja durante seis años, el periodista Joan Vehils; una celebración por todo lo alto en la que tuvieron cita 650 invitados, entre los que se encontraban la infanta Pilar de Borbón, Jordi Pujol y José María Aznar con su esposa Ana Botella. No obstante, el matrimonio duró solo un año.
En 2007 coincidiría en una cena en Ibiza con Josep Santacana, un empresario barcelonés – catalogado por unos como un buscavidas – que logró conquistar el corazón de la tenista que, contra todo pronóstico y el disgusto de su familia, se convertiría en su esposo en septiembre de 2008, en el castillo de Peralada y con la presencia de toda su familia.
Poco después, Santacana firmaría unas capitulaciones matrimoniales que le permitía un mayor acceso en la gestión de la fortuna de Arantxa, que acabaría por distanciarse de su familia.
El enfrentamiento con su familia
Su relación con Santacana causó gran disgusto en su familia. Todos ellos se opusieron al matrimonio. ¿La razón? El aspirante a marido tenía una extensa colección de deudas. La familia de la ex tenista habría contratado detectives privados que desvelaron la información; no obstante, esto no detuvo a Arantxa, que le defendió a capa y espada.
Poco después del matrimonio y la firma de capitulaciones a favor de Santacana la ex tenista no sólo se distanció de su familia, también les acusó de haber dilapidado su fortuna y muchos vieron la sombra de su marido tras esta actitud. Fue así que, en febrero de 2016, su padre, Emilio Sánchez, fallecía si la reconciliación con su hija
Dos años después, en 2018 tendría lugar el hecho que ocupó las portadas de todas las revistas del corazón: Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santancana, se separaban. “El tiempo ha demostrado que me equivoqué en mi matrimonio. (…) Tenía que haber separado el amor del resto de mi vida”, reconocería la ex tenista, poco después.
Una condena por fraude fiscal
En 2009, el Tribunal Supremo confirmaba la sentencia de la Audiencia Nacional por la que la ex tenista tenía que hacer frente a una multa de 3,5 millones de euros, una cantidad que ascendió a 5,2 millones de euros sumando intereses; un monto que Hacienda pudo cobrar gracias a un aval del Banco de Sabadell y que a su vez suscribió un contraaval con el Banco de Luxemburgo, donde Arantxa mantuvo durante muchos años parte de su fortuna.
No obstante, fue una deuda que el segundo banco pagó con fondos propios, puesto que Emilio Sánchez – padre de la ex tenista – había movido esos ahorros a otra entidad suiza; fue entonces cuando, en 2010, el Banco de Luxemburgo reclamó la ejecución de la garantía por 5,2 millones.
En julio de ese año, representantes de la entidad se reunieron con Arantxa y Santacana, acompañados de sus asesores. La respuesta de ex tenista fue, que ni conocía su patrimonio, ni podía disponer de él; motivo por el que solicitó una extensión en el plazo para poder recabar información y ofrecerle una respuesta al banco.
Las contradicciones
De acuerdo con la documentación presentada por el Banco de Luxemburgo en noviembre de 2017, las disposiciones patrimoniales fraudulentas de las sociedades con las que la tenista administraba su patrimonio – calculado entre 30 y 45 millones de euros – fueron decisión y responsabilidad única de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana.
Esto, a razón de que en noviembre de 2009 la ex tenista habría revocado ante un notario, los poderes que ostentaban su padre y su administrador, Ferrando Lacasa; motivo por el cual, el padre no hubiese podido comprar ni vender sin poder notarial para ello, puesto que en esas fechas Arantxa ya había interpuesto dos demandas y una querella en su contra.
Sin embargo, la pareja volvió a señalar que el fallecido Emilio Sánchez continuó manejando el patrimonio de su hija y dirigió su proceso de descapitalización vendiendo todo para pagar deudas.
Arantxa Sánchez Vicario en el banquillo de los acusados
El Banco de Luxemburgo, que ya habría logrado una sentencia favorable por la vía civil, aún no ha cobrado absolutamente nada; por ello a finales de enero se fueron a la vía penal y han presentado, ante el juzgado número 4 de Barcelona, una acusación con la que solicita la apertura de juicio oral y penas de cárcel contra Arantxa Sánchez Vicario y su todavía marido, Josep Santacana, como gestor de su patrimonio.
De acuerdo al más reciente cálculo de intereses – realizado en el mes de agosto – la deuda asciende a unos 7.602.189 euros. No obstante, el Banco de Luxemburgo en la presentación de su escrito de acusación, rebaja la cifra por dos pagos realizados por la ex tenista que suman 911.137 euros; por lo que la deuda estaría estimada en 6.170.942 euros, a los que habrán de sumarse intereses y las costas del procedimiento.
La ex pareja ya habría ignorado los requerimientos de su acreedor; en 2018 habían vendido todas sus propiedades en España y Andorra. Ahora, ante la petición de prisión preventiva por parte de la entidad financiera, la ex tenista y Santacana se enfrentan a este grave problema, al margen de su divorcio, que lleva meses a la espera de resolución en la Audiencia Provincial de Barcelona.