Ya ha pasado cerca de medio año desde que se dio a conocer que el torero y la empresaria habían puesto fin a su relación tras más de veinte años de matrimonio. Parecía que la ruptura se iba a producir de mutuo acuerdo y que entre ellos todavía existía buena relación, pero nada más lejos de la realidad. Enrique Ponce se ha plantado ante las exigencias de Paloma Cuevas y le ha dado una bofetada sin mano que de seguro cambiará el devenir de los próximos acontecimientos. ¡Se va a liar de lo lindo! ¿Quieres saber qué ha pasado y a qué viene tanta polémica? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
Adiós a más de 20 años de amor
> El pasado mes de julio, la revista Semana publicó que Enrique Ponce y Paloma Cuevas habían puesto final a su relación tras más de dos décadas juntos. Aunque la noticia se filtró a mediados de verano, lo cierto es que la ruptura se venía gestando desde comienzos de 2020, pero el confinamiento impuesto por las autoridades para paliar la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus frustró sus intenciones de separarse. Al parecer, aunque ambos todavía se profesan un enorme cariño y seguirán unidos de por vida por sus hijas, el amor se les acabó hacía tiempo y se habían dado cuenta de que ya no se querían con la misma pasión que antaño. Así las cosas, una vez que se permitió de nuevo la movilidad entre comunidades, Enrique Ponce hizo las maletas y se marchó del hogar familiar para dar comienzo a su particular “luna de miel” con Ana Soria, la nueva chica 20 años más joven que él que ahora ocupa su corazón.
Fue entonces cuando comenzaron a prepararse los papeles del divorcio y, aunque en un principio se publicó que se pactaron condiciones de mutuo acuerdo, parece que la situación ha cambiado varios meses después y están empezando a surgir algunos problemas entre ellos. La buena relación que supuestamente mantienen tras su separación podría estar a punto de irse al traste, y es que, según algunas voces cercanas al matrimonio, Enrique Ponce se ha echado atrás y no tiene intención alguna de firmar los documentos que harían oficial su ruptura con Paloma Cuevas. La empresaria, que ya estaba algo molesta por la demora de su expareja a la hora de estampar su sello, no da crédito ante esta nueva y mezquina jugada del padre de sus hijas. ¿Quieres saber qué ha pasado? Sigue leyendo, te lo contamos todo en la página siguiente.
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Enrique Ponce y su bofetada sin mano a Paloma Cuevas
> Fue el torero quien primero rehízo su vida y se dejaba ver abiertamente disfrutando de un nuevo amor junto a Ana Soria, mientras que la empresaria se encerró en casa para pasar el duelo propio de cualquier relación rota. Es por esto que no se entiende que sea Enrique Ponce el que se está retrasando a la hora de firmar los papeles del divorcio, puesto que parece que ya no le une ningún vínculo emocional a la socialité. Ella ya lo hizo hace tiempo y espera impaciente a que su ya expareja, pero todavía marido, haga lo propio. En los últimos meses se ha estado publicando que el diestro podría estampar su sello a principios de este año y que su demora se debía a ciertos asuntos fiscales que tenía que cerrar. “El único problema para que Enrique firme es el económico. Ponce pasa por ciertos problemas económicos. Digamos que hay algunos negocios que no le van muy bien y no es un buen momento”, explicó a Look una fuente cercana al maestro.
Sin embargo, las últimas informaciones que se han publicado apuntan a otra dirección, y por lo visto el único motivo por el que Enrique Ponce todavía no ha firmado los papeles del divorcio es que no está conforme con algunas condiciones económicas que se acordaron al principio del proceso. “Es verdad que el problema es económico, pero es otra cuestión. Ponce no está de acuerdo con algunas condiciones que sí aceptó en el preacuerdo. En ese momento estaba en caliente y dijo que ‘sí’ a todo, pero ahora lo ha pensado mejor y no está de acuerdo con todo lo que se pactó”, ha explicado Beatriz Cortazar en Es la mañana de Federico. Eso sí, la periodista ha querido aclarar que el diestro sí acepta las cláusulas referidas a la custodia de las niñas, por lo que será Paloma Cuevas la que se hará cargo de las menores, aunque el padre podrá visitarlas en función a un régimen de visitas.
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El mosqueo monumental de Paloma Cuevas
> Tal y como ha confirmado Beatriz Cortazar en Es la mañana de Federico, parece que Enrique Ponce no tiene intención alguna de firmar los papeles del divorcio a corto plazo. “Él ahora está muy cómodo en el limbo de los separados, pero es una posición muy egoísta”, ha explicado la periodista. Esta situación enfada, y mucho, a Paloma Cuevas, cuyos amigos y allegados ya se han encargado de señalar en diferentes ocasiones lo importante que es para ella hacer oficial su separación a ojos de la Justicia. Necesita que el torero estampe su sello en los documentos para sentir que ha cerrado ese capítulo de su vida y poder por fin pasar página. Además, no entiende por qué ahora su expareja está poniendo tantas trabas cuando, al principio, se mostró de acuerdo con las condiciones que pactaron. ¿Qué ha cambiado?
Por lo visto, parece que las empresas de Enrique Ponce no van nada bien y las numerosas pérdidas económicas con las que cerró el ejercicio de 2020 podrían haber provocado que se pensara mejor las condiciones económicas que pactó con Paloma Cuevas para el divorcio. “Está casi arruinado. Los negocios no le han ido nada bien y ahora que casi no torea, las deudas le superan”, explicó en Look Paloma García-Pelayo. Pero no es él el único que supuestamente atraviesa por este tipo de problemas, sino que la socialité también podría estar pasando por dificultades económicas.
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El negocio ruinoso de Paloma Cuevas
> Un equipo de Socialité se ha trasladado hasta una tienda de ropa de niño que la empresaria regenta para hacer un trabajo de investigación, y las conclusiones a las que se ha llegado apuntan a que su negocio no va del todo bien. Los vecinos del lugar han señalado que no hay casi clientes en el local y que siempre está casi vacío. Además, han apuntado que el precio de las prendas no está al alcance de todos los bolsillos, lo que no facilita que la gente se sienta atraída a entrar al comercio. Todo ello, sumado a que el alquiler que Paloma Cuevas debe afrontar “podría alcanzar los 10.000 euros”, habría provocado que su empresa comenzara a hacer agua.
Sin embargo, una de las dependientas de la tienda ha negado tajantemente que así sea, y ha explicado que, aunque no entre mucha gente a la tienda, sí tienen clientes fijos que les hacen llegar sus pedidos de forma telemática. Además, ha recalcado que Paloma Cuevas tiene empleadas a tres personas, y que comenzó ese negocio en el año 2011. “Si llevamos aquí diez años será por algo, tan mal no irá”, sentenciaba la trabajadora.