comscore
miércoles, 15 mayo 2024

Bomba: La tragedia se ceba con una famosa concursante de Gran Hermano. Esta es su triste historia

Guadalix de la Sierra prometió, durante una larga temporada, el salto a la fama de todos sus inquilinos. Lo que no sabían los concursantes de las primeras ediciones de Gran Hermano es que tenían más posibilidades de convertirse en juguetes rotos que en superestrellas de la televisión. Algo así es lo que le ha pasado a una de las participantes más recordadas de la historia del reality show. ¿Quieres saber de quién se trata y qué le ha pasado? Sigue leyendo para descubrirlo.

El principio del fin

Bomba: La tragedia se ceba con una famosa concursante de Gran Hermano. Esta es su triste historia

> Apenas había pasado un año desde que Raquel Morillas dejó de ser una completa desconocida ante los ojos de los españoles cuando su vida se truncó para siempre. El verano de 2003 acababa de comenzar y la madrileña viajaba en coche con su compañera de concurso y entonces novia, Noemí Ungría. El destino parecía sonreírles, pero todo cambió cuando otro vehículo se cruzó en su camino. Ambas sufrieron un accidente de tráfico tan terrible que todavía hoy sufren las secuelas. Sin duda, Raquel fue la que peor parada salió de este trágico suceso, arrastrando, hasta la fecha, la friolera de diez operaciones en su rostro.

El golpe fue tan intenso que Morillas se partió parte del cráneo. Desde entonces, la gran hermana no puede ver ni escuchar por el lado izquierdo de su rostro, provocándole una leve discapacidad con la que tendrá que lidiar de por vida. “Esas secuelas marcan mucho y es difícil decir que está superado, porque por desgracia, está ahí. Hay veces que cuando estoy sola, tengo un mal día, y de repente aparece en mis manos una foto de cómo era antes y me hundo”, confesó Raquel durante una entrevista con Kiko Hernández. A la madrileña le costó mucho salir del pozo en el que se había sumido y cayó en una seria adicción para calmar su pena.

Siguiente: La adicción de Raquel

La adicción de Raquel

Bomba: La tragedia se ceba con una famosa concursante de Gran Hermano. Esta es su triste historia

> Ella misma aseguró en su día que su familia se convirtió en su principal apoyo en aquellos difíciles momentos. Sin embargo, Raquel no solo buscó refugió en sus seres queridos, sino que cayó en la trampa de una peligrosa adicción: el juego. La gran hermana se pasaba las horas muertas en los salones recreativos, donde ha llegado a perder hasta mil euros en una sola mañana. “Gasté mucho dinero. Jugaba al póquer por el móvil, era doña apuestas”, reconoció ella misma durante una entrevista con Jaleos. Por fortuna, se topó con una especie de ángel de la guarda en su camino, una persona que la ayudó a salir de la ludopatía.

La conoció en el centro en el que hacía terapia para dejar el juego atrás. Al final, terminaron enamorándose y llegaron a pasar por el altar, pero hace pocos meses que firmaron el divorcio. Aun así, Morillas estará eternamente agradecida a la mujer que la sacó de su peligrosa adicción, de la que a día de hoy se encuentra completamente recuperada. Sin embargo, su situación económica no ha remontado todavía y Raquel tiene que hacer grandes esfuerzos para llegar a fin de mes. Hace tiempo que su teléfono no suena y los trabajos en televisión han dejado de llamar a su puerta.

Siguiente: Los problemas económicos de Raquel

Los problemas económicos de Raquel

Bomba: La tragedia se ceba con una famosa concursante de Gran Hermano. Esta es su triste historia

> Se le ha juntado todo. Cuando su bolsillo empezó a remontar tras sus problemas con el juego, la empresa para la que antes trabajaba la despidió mientras su pareja estaba ingresada en un hospital de Alicante, tal y como recogió Jaleos. A Morillas se le vino el mundo encima y su situación económica iba cada vez a peor, pasando incluso por los números rojos. “He llegado a tener menos 175 euros en la cuenta del banco”, reveló al portal citado anteriormente. Para colmo, el último inquilino de su casoplón de Castelldefels le dejó a deber, supuestamente, la friolera de 11.000 eurazos. “Tú me dirás cómo salgo yo de esto. Con todo lo del tema del juego, pues yo vivo un poco al día”, lamentaba la madrileña.

Por si todo esto fuera poco, la otrora estrella televisiva se ha convertido en una mujer que nadie quiere en su plató. Muy atrás quedan los años en los que los programas de Mediaset se la rifaban para tenerla de colaboradora. Ahora, Raquel pisa Telecinco de uvas a peras y sus breves intervenciones no le dan para saldar sus cuentas. “Ya no me quieren. No intereso. Ahora prefieren otros colaboradores, tipo Sofía Suescun y viceversos”, espetó Morillas ante Jaleos, lanzando un claro dardo envenenado a la cadena de Paolo Vasile. Sin embargo, parece que la gran hermana ha empezado a ver la luz al final del túnel y dentro de muy poco la vida podría volver a sonreírle.

Siguiente: La última esperanza de Raquel Morillas

La última esperanza de Raquel Morillas

Bomba: La tragedia se ceba con una famosa concursante de Gran Hermano. Esta es su triste historia

> Parece que por fin está levantando cabeza. La gran hermana se dirigió hace unos días a sus seguidores de Instagram para celebrar con ellos una buenísima noticia. Al parecer, Raquel empezará a trabajar, “si Dios quiere”, en la ONCE. La madrileña comenzará su formación a partir del 1 de octubre y, si supera estos cuatros días de prueba, deberá aprobar un examen para vender cupones de lotería en la calle. “Como sabéis, tuve un accidente y eso me generó unas secuelas que son de por vida. Esto me hace tener una discapacidad de la que, gracias a Dios, hoy en día puedo beneficiarme”, revelaba Morillas en un vídeo que publicó en su perfil.

Aun así, no se trata de un trabajo regalado y Raquel tendrá que esforzarse, como todo hijo de vecino, si quiere conservar su empleo. “Aguantaré si lo hago bien, si no, evidentemente me iré a la calle, como todo el mundo”, avisaba. Desde Cotilleo.es le deseamos toda la suerte del mundo y esperamos que comience con buen pie esta nueva etapa profesional. El próximo viernes podremos hablar con ella para saber si le ha ido bien en su periodo de formación y si puede decir, oficialmente, que vuelve a tener trabajo.