No están siendo momentos fáciles para Gabriela Guillén. Embarazada de casi 7 meses, la fisioterapeuta debería estar disfrutando de esta dulce espera, pero la realidad es que no deja de vivir sobresaltos que –como ha reconocido en redes sociales- le han afectado hasta el punto de tener que acudir a urgencias tras desplomarse mientras hacía un tratamiento de belleza a una paciente.
Sin ningún tipo de relación con Bertín Osborne, el artista ha dejado claro que no quiere saber nada de ella y, aunque ha manifestado que se hará cargo económicamente de su hijo -cuyo nacimiento está previsto para finales de 2023- ha pedido a su expareja una prueba de paternidad para asegurarse y comprobar que el bebé es suyo.
Tras este durísimo golpe del que Gabriela asegura que se ha enterado por la prensa y no por el propio Bertín, que no le coge el teléfono desde hace meses, la paraguaya ha vivido un inesperado susto con su coche. Y es que al salir de su domicilio y disponerse a coger su vehículo para disfrutar del domingo, la madre del que será el sexto hijo del cantante se encontró con el mismo repleto de cristales rotos.
Sorprendida y sin ocultar su preocupación por lo sucedido, Gabriela -que presumió de su abultada barriguita con una ceñida falda en color gris y una camiseta de algodón blanca- recurrió al trabajador de una gasolinera cercana para ver si él había visto algo antes de realizar varias llamadas de teléfono para pedir ayudar a alguien de su entorno.
Un susto que finalmente solucionaba quitando los cristales del techo de su coche y tras el que Gabriela se dejaba ver acompañada por varios familiares que, ante el silencio de la joven, no han dudado en salir en su defensa para mostrarle públicamente su apoyo a pesar de la cuestionada decisión de Bertín de pedirle las pruebas de ADN cuando nazca el bebé: «No está sola. Los amigos y la familia la estamos apoyando, siempre». «Gabi es un amor de persona y lo estamos pasando mal por ella» han reconocido, evitando revelar qué les parece la actitud del artista.
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