Las albóndigas es uno de esos platos más socorridos para cuando quieres que todo el mundo se quede satisfecho y no proteste. Son pocos a los que no les gustan, aunque algunos de estos lo hacen por aquello de creer que los guisos de este tipo pueden acabar con su cuidado físico. En esta ocasión vamos a hacer en las siguientes líneas una receta de albóndigas al horno en salsa española con la que vamos a evitar unas cuantas calorías de más, gastar una buena cantidad de aceite y hasta no tener que limpiar tanto la cocina, pues de esta manera casi no manchas, a diferencia de lo que ocurre cuando hay que hacer frituras.
De dónde provienen las albóndigas
Las albóndigas de carne se pueden decir que existen desde tiempos inmemoriales, por lo que determinar un origen preciso o un creador con nombre y apellidos es prácticamente imposible. En el siglo IX a. c., el rey Asurnasirpal II mandó trasladar la capital de su imperio, Asiria, a la ciudad de Kalkhu. Movilizó a miles de trabajadores para construir la muralla, los canales y demás infraestructura de la ciudad. Del mismo surgen las tablillas de arcilla de Yale, el primer «libro de cocina» de la historia, en el cual se expone una receta de albóndigas, las cuales incluyen carne picada, huevo batido, pan remojado, cilantro, perejil, menta, cebolla, pimienta y sal.
Las albóndigas en España
En España, el término albóndigas tradicionalmente se le ha atribuido a Ziryab, un músico, cantante, poeta y gastrónomo de origen kurdo que vivía en el Emirato de Córdoba durante el siglo VII. Se le atribuye la autoría de numerosas recetas, desde dulces de frutos secos hasta el pisto. Sin embargo, Ziryab lo que hizo fue traer a la penínsulas ciertas costumbres culinarias de su lugar natal en Oriente. Las albóndigas rápidamente se convirtieron en un plato típico de la cocina andalusí. El historiador granadino Luis del Mármol documenta el término en su ‘Descripción general de África‘ (1573): «Venden fideos, almojábanas y albóndigas hechas de carne picada con especias y fritas en aceite».
Ingredientes de la receta
Para hacer esta receta de albóndigas al horno para, por ejemplo, cuatro personas, vamos a necesitar como ingredientes 600 gramos de carne picada de ternera, 100 gramos de zanahoria rallada, tres dientes de ajo, perejil fresco, 30 gramos de pan rallado, dos yemas de huevo, 30 gramos de leche, nuez moscada molida, pimienta negra molida, 60 ml de aceite de oliva, harina de trigo, sal, 150 gramos de cebolla, 15 gramos de tomate frito casero, 60 ml vino blanco, agua y 10 gramos de extracto de carne.
Primeros pasos
El primer paso para hacer estas albóndigas es el de rallar las zanahorias y picar un diente de ajo muy menudo. En un bol se pone la carne picada y se añade la zanahoria rallada, el ajo picado, las yemas de huevo, el pan rallado, sal, nuez moscada y pimenta. Se mezcla todo bien con una espátula y se precalienta el horno a 180 grados. A continuación se prepara un plato con la harina para ir haciendo las albóndigas del tamaño que deseemos. También hay que pincelar una fuente refractaria en la que las iremos colocando. Hay que hornearlas durante diez minutos por cada lado, y mientras vamos preparando la salsa.
Cómo acabar la receta
Si tenemos ya esos pasos casi tenemos las albóndigas listas. Nos quedaría poner en una cazuela el aceite, la cebolla picadita y los otros dos dientes de ajo y saltear durante quince minutos a fuego muy bajo. Luego se añade el tomate frito y seguidamente el vino, dejándolo evaporar durante dos minutos. También hay que añadir el agua, sal, nuez moscada, pimienta y el extracto de carne (tipo Bovril) o, en su defecto, una pastilla de concentrado de carne. Se cuece a fuego suave durante cinco minutos y es entonces cuando se añaden las albóndigas y se cocinan todo junto a ello durante otros diez minutos. Solo quedaría servirlas calientes.
Con qué acompañarlas
Las albóndigas al horno en salsa española, que las puedes poner como plato único en cualquier comida a diario, las puedes acompañar con muchas cosas, aunque sin duda lo mejor es hacerlo con un poco de arroz en blanco o patatas fritas. Además es un plato que congela muy bien, por lo que si un día tenemos tiempo compensa hacer el doble para tener la comida preparada otro día que tengamos más prisa para cocinar, sin perder nada de su sabor por ello.
