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Pisto manchego: la receta de la abuela que crea adicción

Dentro de la rica cocina española, el pisto tiene un lugar importante, como receta tradicional de siempre que hay ido pasando en cada casa de generación a generación. Se trata de una palabra castellana que significa «algo muy troceado«, y sin duda que, aunque haya muchas variantes, la que más se repite es la de pisto manchego, sobre todo con gran relevancia en la cocina castellana. Todo apunta a que sus orígenes son árabes, pero la versión española proviene de los guisos humildes de los campesinos manchegos, en la que utilizaban los productos de la huerta y que comían los propios jornaleros.

La versión castellana del pisto

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Pisto manchego con huevo

En general el pisto no deja de ser una fritada de verduras y hortalizas en la que los ingredientes indispensables son los tomates y los pimientos. El más popular se hace sólo con estos dos ingredientes aunque poco a poco se han añadido más cosillas de la huerta, como pueden ser la cebolla, el ajo y el calabacín. Eso sí, es una receta en la que hay que invertir algo de tiempo, se puede decir que para llevarla a cabo hay que tener un poco de paciencia y mucho cariño, sobre todo porque no queremos que nos salga un sofrito, sino un buen pisto. Lo mejor es hacerlo un fin de semana, o un día que no os importe pasar algo más de tiempo en la cocina.

Ingredientes del pisto

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Tomates y pimientos son los dos elementos principales

Una de las grandes ventajas del pisto es que puedes comer un plato muy rico y saludable por muy poco dinero, ya que te puede costar apenas 80 céntimos por persona, algo inimaginable en estos tiempos. Y es que los ingredientes que vas a necesitar tan solo son un kilo de tomates maduros, 800 gramos de pimientos verdes, 1/2 vaso de aceite de oliva virgen extra (180 ml. aproximadamente) y sal (al gusto). Con esos te sirve para elaborar la típica versión manchega, aunque si lo deseas, como hemos dicho, también puedes añadir otros elementos como cebolla, ajo y calabacín.

Primeros pasos

Pisto manchego: la receta de la abuela que crea adicción
Lo primero es hacer un sofrito

Aunque lleve tiempo, lo cierto es la forma de elaborar un pisto es muy sencilla, ya que hay que ir haciendo los ingredientes en función de su tiempo de elaboración. Es decir, de lo que más tarda en hacerse a lo que menos tarda. Lo primero es pelar los tomates y quitarles las semillas. Este paso es opcional y una forma de tener un pisto manchego de nota. Para conseguir que el tomate quede bien pelado, lo ideal es darle unos cortes en la piel y escaldarlos un par de minutos, con lo que la piel sale prácticamente sola. Después hay que triturar y reservar.

Cómo acabar la receta

Pisto manchego: la receta de la abuela que crea adicción
Hay que limpiar las semillas de los pimientos

Para terminar nuestro pisto manchego hay que limpiar de semillas los pimientos y cortarlos en trozos más o menos iguales. Luego se vierte el aceite de oliva virgen extra en una olla o cazuela y, cuando comience a hervir, se añaden y se sofríen unos minutos. Cuando veamos que están pochaditos echamos los tomates, y se sazona y se tapa la cazuela y se deja a fuego lento. Se deja que se haga el pisto removiendo y machacando de vez en cuando hasta que los ingredientes estén en su punto. Se sabe cuando haya reducido el líquido de los tomates, aproximadamente 35 minutos, depende de cada cocina. Por último, se rectifica de sal si hiciese falta. Si se añade un poco más le damos unas vueltas para que se distribuya bien la sal.

El acompañamiento

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Pisto manchego con huevos fritos incorporados

Lo más normal es servir este pisto manchego con un huevo frito (con puntilla a ser posible), huevos revueltos o escalfados, aunque también se puede poner como guarnición de un conejo al ajillopollo asado, el relleno de unos calabacines o berenjenas, un poco de pasta, … sus posibilidades son infinitas. También es muy común acompañarlo de algún embutido, como pueden ser la longaniza, el chorizo o incluso la morcilla. Se puede servir como entrante pero si no eres de comer mucho quizás sea excesivo como acompañamiento de un plato principal, de cualquier carne, ave o pescado. Con una barra de pan para mojar valdría.

Consejos útiles

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Hay muchas maneras de emplatar el pisto

El pisto es un plato que se puede comer tanto frío como caliente. Es recomendable dejarlo reposar media hora antes de comerlo, pero también está muy bueno de un día para otro, perfecto para acompañar y como base de muchas otras recetas. Mucha gente lo hace también con robot de cocina o con la olla express, pero, aunque no se puede decir que quede muy mal del todo, es mucho más recomendable hacerlo de la manera tradicional porque el resultado es mucho más rico.