Prácticamente todo el mundo ha hecho un bizcocho en su vida, a poco que haya entrado regularmente en una cocina a preparar platos. Que se lo digan a la mayoría de hogares españoles, que fue casi su opción preferida en esa estancia durante el confinamiento, hasta el punto de que la levadura y la harina fueron productos que escasearon durante el mismo ante la gran demanda que hubo de ellos. Aunque toda la gente tenga ya a estas alturas su receta favorita, que suele haber pasado de generación en generación en su familia, y que cuesta mucho trabajo modificar, la duda que siempre asalta al hacerla es si optar por aceite o mantequilla.
La gran duda del bizcocho
Seguro que esa duda al hacer un bizcocho ha asaltado a todos los aspirantes a hacerlo, y si preguntamos a los profesionales del sector encontraremos tantas respuestas diversas como diferentes son las recetas, aunque, si eres repostero amateur y quieres salir de dudas en la cocina de tu casa y de manera inmediata, hay un reels de Instagram que nos presenta la comparativa para que cada uno cocine con lo que considere. No es otro que el de la usuaria de Instagram @baranbakery, que compartió el pasado mes de marzo un vídeo explicativo que acumula ya más de 265.000 visualizaciones, y subiendo.
El bizcocho ideal
La autora del vídeo comparte la receta del mismo bizcocho hecho con aceite vegetal, aceite de coco a temperatura ambiente, mantequilla a temperatura ambiente y mantequilla derretida. Y estas son las conclusiones. Al inicio del mismo aparecen los pasteles elaborados cada uno con un tipo de grasa para mostrar el resultado final y poder hacer una comparativa a simple vista. Luego eres tú quien tendrás que juzgar qué metodología es la que prefieres y atiende mejor tus necesidades orgánicas.
Los resultados
Mientras que el bizcocho que había hecho con aceite vegetal estaba esponjoso y altísimo, por lo que estéticamente era el más apetecible, el de mantequilla derretida aunque salía por el contrario un poco más apelmazado y pesado, al final resultaba mucho más jugoso. Mientras tanto, los elaborados con mantequilla a temperatura ambiente y con aceite de coco, en aspecto son similares al que elaboraba con aceite. En el caso del último, como era de esperar, el resultado tiene un cierto sabor a coco que, si eres amante de este fruto tropical, puede ser un extra.
Las dos opciones son buenas
En resumidas cuentas y sacando conclusiones sobre el bizcocho del vídeo de esta usuaria de Instagram, la grasa que utilicemos para elaborar estos postres tan tradicionales dependerá del resultado que queremos obtener. Si somos intolerantes a los lácteos o no podemos consumirlos, el aceite vegetal es una buena opción, y si lo que queremos es potenciar nuestro bizcocho con el sabor de la mantequilla tendremos que tener en cuenta que, ésta a temperatura ambiente permite que en el horneado entre más aire que la mantequilla derretida. Vamos, que las dos opciones son buenas pero que elegir una u otra depende de nuestras necesidades.
Con distintos tipos de aceite
A la hora de hacer el bizcocho con aceite hay que tener en cuenta el tipo del mismo que vas a elegir. Tanto el de oliva como el de girasol son riquísimos, esponjosos, con ese sabor a casero y a infancia tan característicos, tal vez el de oliva un poquito más sabroso, pero esta última apreciación puede estar sujeta a gustos personales. Lo que no me esperaba era el sabor del bizcocho sin aceite. La textura es un poco más seca, pero ni de lejos pastosa, dura o desagradable, y de sabor está bastante bueno; sorprendentemente bueno incluso. Una opción a considerar seriamente si se busca un bizcocho «light», dentro de lo que es la media de la repostería.
De mantequilla o margarina
Y de igual manera, a la hora de hacer el bizcocho con mantequilla en vez de aceite hay que diferenciar también el sabor de hacerlo con aquella o con margarina. Si lo haces con ésta es más suave que esponjoso y con un sabor ligeramente más pronunciado que los de aceite. El de mantequilla es un poco denso de más, lo que se debe a que aquella es bastante más difícil de trabajar a mano que la margarina, por mucho que la hayas tenido a temperatura ambiente, y el sabor es muy marcado… a mantequilla. Cabría una tercera opción, el de sin margarina ni mantequilla, pero ese es el ejemplo más claro de «lo que NO hay que hacer». Es un poco insípido y bastante seco y un poco duro.
