Diez años han pasado ya desde que Angy Fernández se impusiera en la primera edición de ‘Tu cara me suena‘. Las buenas audiencias y críticas han acompañado casi siempre a un formato que ha hecho incluso que otras cadenas tuvieran que rendirse ante su poderío mediático, pero, como siempre ocurre en televisión, también ha tenido que sortear críticas, principalmente por la elección de los participantes o por resultar vencedores que no eran del todo los favoritos de la gente. En esta novena edición que todavía está en curso han sido los propios concursantes los que se han quejado, y por un motivo bien distinto a los anteriores.
La dinámica de Tu cara me suena
La dinámica de ‘Tu cara me suena’ es muy sencilla, que los participantes, todos ellos populares para el gran público, demuestren cada semana ser los mejores cantando e imitando a cantantes reales que le son asignados de forma aleatoria tras accionar el famoso pulsador en la gala anterior. Tras sus actuaciones, el jurado y el público presente les valoran siguiendo el formato de votación eurovisivo, dando una puntuación diferente a cada uno (4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 y 12 puntos). En caso de empate, el presidente del jurado es el encargado de restablecer el orden, según el criterio que decida, y al sumar los puntos que previamente presentó el público se obtiene la clasificación final de la gala, en la cual el ganador dona los 3.000 euros del premio semanal a la organización benéfica que prefiera. Los puntos de la clasificación semanal se irán acumulando en una clasificación general, que servirá para decidir a los finalistas y en el último programa se elegirá, únicamente mediante televoto, al ganador de entre los finalistas resultantes, el cual donará 30.000 euros de la misma manera que se hizo con los premios semanales.
