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‘El juego del calamar’ a debate: ¿Cuál es la edad recomendada para ver el éxito de Netflix?

Es la serie del momento, pero también está empezando a ser el quebradero de cabeza de muchos padres y madres que están viendo como sus hijos no apartan la mirada de El juego del calamar. El debate ha comenzado: ¿Cuál es la edad recomendada para verla? Según Netflix, la plataforma que ha dado vida a su éxito mundial, la edad mínima son los 16. Sin embargo, en Cotilleo.es, hemos sabido que hay niños más jóvenes que han comenzado a verla. El trasfondo tan crudo que tiene la ficción sí que serviría para otras personas más jóvenes a reflexionar sobre algo que da auténtico temor, ver la violencia como algo normal. De ahí que hayamos querido reflexionar sobre las dos partes, lo positivo y lo negativo de disfrutar del éxito coreano mundial.

La cruda realidad de otros jóvenes que no tienen elección como en la serie para poder subsistir

El juego del calamar

> Hablamos de jóvenes que están metidos en el mundo más turbio como puede ser el de la droga, que necesitan el dinero rápido para poder subsistir y que no se pueden negar a no hacer lo que se les ha mandado. Las amenazas con acabar con toda su familia son constantes. O las víctimas menores de la trata de blancas, las cuales aceptan unas condiciones, engañadas en la mayoría de las ocasiones, que ven como su futuro se trunca, sin apenas tener opciones -o muy pocas- de cambiar.

El juego del calamar tiene unas connotaciones mucho más profundas que la lectura que puede hacer cualquier menor. Es ahí quizá donde reside la edad en la que habrá que verlo. Para adolescentes de entre 13 a 16 años, puede ser la perfecta oportunidad para muchas asignaturas en el instituto para abordar estos temas relacionados con la sociología, la ética o la filosofía… Hasta incluso la historia. Son las edades en las que también se estudia el Holocausto Nazi.

Para los más pequeños, pueden ser una introducción a todo lo que les queda para estudiar en el futuro. La responsabilidad la tienen los propios progenitores, encargados de la supervisión de todo lo que consumen sus hijos… Pero también puede ser la oportunidad perfecta para los centros educativos de convertir todo un fenómeno mundial, del que todo el mundo habla, en la ocasión perfecta para transmitir una valiosa lección. Y, como en El juego del calamar, todo el mundo tiene una opción, nadie te obliga a seguir jugando. Aunque como hemos visto, esto también puede ser toda una mentira…