Lecturas publicaba en el día de ayer un nuevo artículo de Lo que nunca conté, el nuevo blog de Terelu Campos que a veces se convierte hasta en una pesadilla. Si la última vez confesaba como se sentía respecto a los diez años desde su marcha de Sálvame, ahora la colaboradora se ha atrevido a hablar de su casi hermana. Se trata de Rocío Carrasco, quien no solo no esta dejando títere con cabeza, sino que también se ha visto obligada a revivir los episodios más tormentosos de su vida. Un dolor que parece ha atravesado la pantalla, afectando a sus seres más cercanos.
Y es que, tal y como ha confesado la mayor de los Campo, la docuserie de Rocíito le esta causando problemas a la hora de conciliar el sueño. Un nudo en la garganta del que la colaboradora de Viva la vida se ha atrevido a hablar por primera vez.
Terelu Campos y Fidel Castro, en contacto antes de su intervención en directo
> La hija de María Teresa Campos siempre ha seguido en contacto con Rocío Carrasco. Incluso ha llegado a confesar que el día que más nervios pasaron tanto la hija de Rocío Jurado como ella fue la reaparición de Rociíto en plató. Una entrevista que vivió al teléfono con Fidel Albiac, otra de las grandes apariciones de la noche. Una intervención que por cierto Terelu desconocía. Una mezcla de sentimientos encontrados para la colaboradora que se alegraba de verle en televisión pero a la vez sentía preocupación por que ‘arremetiesen’ contra Fidel.
Una de las entrevistas más esperadas del año donde Rocío Carrasco tuvo que enfrentarse a las opiniones tanto de quienes le apoyaban como quienes no. Lo que no le faltó al llegar a casa es un bonito mensaje de su amiga Terelu. «Cuando acabó la entrevista le mandé a Rocío un mensaje muy personal que me contesto al día siguiente con muchos emoticonos muy bonitos» confesaba la colaboradora.
Dejando claro de nuevo la buena relación de amistad que guarda con la que es como una hermana para ella. Y para despedirse, Terelu no ha querido perder la oportunidad de dedicarle unas emotivas palabras a Rocío, dándole las gracias por su valentía pero sobre todo «por perder el miedo en mayúsculas».
