Por si la polémica que salpica a la tonadillera y a buena parte de su familia no podía enrevesarse más, ahora acaba de entrar en escena Fosky, el que fuera su chófer. El ex de Pepi Valladares ha arremetido duramente contra Agustín Pantoja, a quien ha acusado de tratar de muy malas formas a su sobrina, Chabelita Pantoja. El peruano ha detallado los supuestos insultos que la joven tenía que soportar de parte de su propio tío, y ha recordado presuntos episodios muy desagradables que, según él, podrían haber motivado la intervención de los servicios sociales. Se trata de acusaciones muy graves que no han tardado en tener respuesta, y de momento, Kiko Rivera ya ha anunciado medidas legales contra él. ¡Vaya lío! ¿Quieres conocer más detalles y enterarte de qué ha pasado? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
El supuesto “maltrato verbal” que sufrió Chabelita Pantoja
> Fue Kiko Rivera quien abrió la caja de los truenos en una de sus últimas intervenciones en Sábado Deluxe. El DJ explicó que tanto su madre como su tío habían proferido insultos racistas y de tinte xenófobo contra su hermana, que nació en Perú. Ahora, ha sido Fosky quien ha recuperado este asunto, aunque él asegura que nunca escuchó a Isabel Pantoja dirigirse a su benjamina en estos términos, tan solo a Agustín Pantoja y a doña Ana. “Le decían chola, que es una cualquiera en Perú, o Machupichu”, ha señalado el que fuera chófer de la tonadillera. Según su testimonio, cuando la cantante aparecía en escena, su hermano cambiaba de registro y se mostraba mucho más amable con Chabelita. “Cuando estaba Isabel todo era bonito, ‘mi vida’, ‘corazón, sírvete’… Así que te puedes imaginar, la niña tenía terror a quedarse sola”, ha revelado el ex de Pepi Valladares.
Pero no ha sido esto lo peor que ha contado Fosky en Sálvame. Siempre según su testimonio, cuando Chabelita todavía era una niña, llegó a pasar una noche a la intemperie porque su tío Agustín Pantoja no la dejaba entrar en casa: “Por su culpa, la niña tuvo que dormir fuera de la casa una noche, en la caseta del perro”. Se trata de supuestos episodios tan deleznables que, a su juicio, podrían haber motivado la intervención de las autoridades: “A la niña se la han podido quitar porque era menor y sufría maltratos verbales. Alguien podría haber cogido una grabadora y llevarla a un juzgado”.
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