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Mila Ximénez se rompe en su vuelta a Sálvame: «No quiero seguir viviendo así»

En las últimas semanas han sonado todas las alarmas a raíz de la desaparición mediática de una de las colaboradoras más icónicas de Sálvame. Mila Ximénez lleva más de un mes alejada del plató del programa, y fueron muchos los que consideraron que su ostracismo se debía a un empeoramiento en su estado de salud, muy delicado desde que padece un cáncer de pulmón. Ahora, después de muchos rumores y especulaciones, por fin se conoce la verdad sobre cómo se encuentra la tertuliana. ¿Quieres descubrir la última hora sobre la sevillana? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.



Una familia marcada por la enfermedad

los hermanos de Mila Ximénez han superado sendos cánceres

> Por desgracia, no es la primera vez que los seres más cercanos a Mila Ximénez se enfrentan al trauma que supone el cáncer. Fue en el año 2015 cuando su hermana Concha tuvo que enfrentarse a esta complicada enfermedad, y la colaboradora de Sálvame le dedicó unas preciosas palabras para apoyarla: “Quiero que todos pensemos que ganaremos a este bicho que se llama cáncer. Cada día me doy cuenta de lo importante que sois en mi vida”. Solo un año después, su hermano Manolo pasó por el mismo bache, pero prefirió no comunicárselo a la tertuliana hasta que no finalizara Supervivientes, puesto que por aquel entonces era una de las concursantes.

Como no podía ser de otra forma, Mila Ximénez se volcó por completo para ayudar a sus hermanos a superar la enfermedad, y ahora ellos hacen lo propio. No se han separado de la tertuliana ni un solo segundo y no dudan en ofrecerle todo el apoyo emocional que necesita para seguir adelante y salir de esta cuanto antes.

También sus compañeros de Sálvame se han mostrado a su lado en todo momento. Incluso con los que menos trato tiene se han preocupado por ella, aunque es Kiko Hernández el que más apoyo le ha manifestado públicamente: “En este viaje te voy a agarrar la mano muy fuerte y no te la voy a soltar. Tú eres una mujer valiente, tienes mucho coraje, pero ahora te puedes permitir dar un golpe en la mesa, llorar cuando quieras, coger el teléfono a las cuatro de la mañana para llamar a tus amigos y hacer lo que necesitas. Tenemos que matar al puto bicho y que sepas que te adoro, no que te quiero, que te adoro. Y que voy a estar contigo hasta que se me acaben las fuerzas”.