Tamara Falcó La marquesa se ha convertido en uno de los personajes más populares del corazón y de la televisión. Su incorporación como estrella en el programa de Pablo Motos y como jurado en El Desafío, hace que el interés por ella crezca diariamente. Tildada, por la opinión pública, de no hacer nada anteriormente, porque no se le conocía ni oficio ni beneficio como aquel que dice, en un año se ha puesto las pilas. Te vamos a contar todos los detalles, de cómo es la vida de la novia de Íñigo Onieva de mañana a la noche e incluso cómo y con quién duerme.
Si antes tenía lugar siempre en las revistas y presentaciones, ahora lo suyo es otra historia. Cada vez se ha convertido en alguien más cercano. Esa amigui que ‘todos’ querríamos tener. Porque la hija de Isabel Preysler y el marqués de Griñón, a pesar de su acento hiperpijo, es de lo más divertida, espontánea y cariñosa. Hasta tenía ese puntito de… ¿qué me estás diciendo?
Tamara Falcó: camisón, besito a… y oración
> Con tanto ajetreo es normal que Tamara llegue rota a la hora de irse a la cama y no se si es la sofisticación del glamour o del antiglamour, aunque esa palabra en el diccionario de las Preysler no cabe. Y es que tal y como explica ella es de lavarse muy bien e hidratarse muy bien la cara (tanto por la noche como por la mañana) y camisón blanco de algodón -por eso digo lo del antiglamour- por fa Tamara, si nos estás leyendo sube tu insta o a tus stories los modelis porque nos encantaría saber donde podemos encontrar los más fashion porque parece que luego no son tan bonitos.
Después de su ritual, tiene su rato de oración donde encontrarse con Dios y dar gracias por todo lo bueno qué sucede. Y besito a… tachán, tachán a Jacinta, su perrito. ¿E Íñigo Onieva dónde queda? Pues no aparece por ningún sitio en el excel de Tamara aunque sí saca a los perros.
Y es que la hija de Carlos Falcó tiene un excel donde organiza toda la ropa que se va a poner durante la semana. Tiene hasta un hueco reservado para esta tarea en concreto de dos horas. Seguro que su querida estilista Cristina Reyes está detrás.
Además, la agenda de Tamara del día a día no acaba ahí. Todos los días de diario que no tiene clase de cocina, que ahí se levanta a las 6:00 AM, amanece a las 7:30 o 7:45 y comienza entrenando con una clase. Antes iba al gym pero ahora con el COVID, «es un rollo ahora y para evitar contagios he cogido un entrenador personal. Es lo primero que hago porque si comienzas con el móvil ya luego no entrenas», explica en Vanity. Y partir de ahí, hasta la hora de la comida todo llamadas… ¡Uff, que vida más ajetreada, qué estrés! Pero como ves no para, y está haciendo todo para ganarse la vida.
