La tarde de ayer fue una de las más duras y complejas para Anabel Pantoja en Sálvame, puesto que a las habituales críticas de sus compañeros por su tibieza en lo que a su familia se refiere, se unió la llamada telefónica de Irene Rosales, que acabó convirtiéndose en un toque de atención en toda regla para la colaboradora.
La mujer de Kiko Rivera, que suele evitar la polémica todo lo que puede, no aguantó más y, después de la filtración de un vídeo del Dj hace 17 años «amañando» una entrevista a cambio de dinero, la hizo estallar. Fuera de sí como pocas veces la hemos visto, la sevillana pidió que echasen el freno en lo que a su marido se refiere y, más sincera que nunca, reprochó a Anabel su falta de apoyo a su primo y la defensa incuestionable que hace en todo momento de Isabel Pantoja, posicionándose con la tonadillera aunque ella asegure estar en medio.
Muy afectada, y pidiendo perdón si en algo había molestado a Kiko e Irene, Anabel estallaba en lágrimas, demostrando una tarde más que tanto su trabajo en televisión como la guerra que enfrenta a su familia le afectan más de lo que creemos.
Tras el programa, Anabel sacaba su lado menos amable y con la prensa y, sin ni siquiera dar las buenas noches, la colaboradora contestaba con un tremendo portazo a las preguntas de si se encontraba más tranquila y si había podido hablar con Irene o con Kiko después del «rapapolvo» que se llevó en directo por parte de la nuera de Isabel Pantoja por la falta de apoyo a su primo. Lo cierto, es que se nota como afecta las discusiones familiares en público a la colaboradora.
