comscore

¡Brutal! María José Campanario declara la guerra a Belén Esteban con una carta demoledora

La guerra entre María José Campanario y Belén Esteban ha vuelto a estallar. Era la de Paracuellos la que, en un alarde de sinceridad, explotaba lo más grande contra la actual mujer de Jesulín de Ubrique después de que esta escuchara unos rumores que aseguraban que su mayor enemiga había vuelto a la carga. Unas palabras que han sido contestadas, en forma de carta y de la forma más violenta posible por parte de María José Campanario. Esta ha espetado de todo, con unas declaraciones que ha hecho públicas a las cuatro de la mañana y que, ha borrado minutos después. La carta íntegra, a continuación.

La carta íntegra de María José Campanario

¡Brutal! María José Campanario declara la guerra a Belén Esteban con una carta demoledora

> “No veo televisión, aún así me hacen llegar, a veces, que mis publicaciones públicas, como mis fotos de portada, llevan a pensar a algunas personas que son algo personal. Y hoy me ha llegado un enlace en el que he debido descojonarme de la risa. Patético, algo a lo que estoy acostumbrada. En mi opinión, tu vida entera lo es, bonita. No lo son, te han vuelto a confundir, triste infeliz. Tengo la capacidad suficiente y el valor que la vida me ha dado para decir las cosas con una claridad absoluta. ¿O quizá cara? Tengo dudas.

Sí, no serás tú quien me diga qué debo escribir, publicar o no, porque eres un absoluto 0 en nuestras vidas, en la mía y en la de mi marido. Sí, el mío, casi más, mal que te pese. ¡Porque joder, cómo te pesa! Pobrecito tu “Migue”, que sigue comiendo de las mierdas que intentas hacer creer que son verdad. Dicho esto, no seré yo la que permita que en ningún momento se coarte mi libertad de expresión a la hora de escribir lo que me dé la real gana, o poner aquí alguna frase que me guste. Desgraciadamente para algunos, la represión y la dictadura acabaron hace muchísimo tiempo, muy a tu pesar, princesita barata.

¿Por qué te doy tanto miedo?”.

Siguiente: La segunda parte de la carta de María José Camapanario