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Anabel Pantoja ‘devora’ a su tía Isabel y se convierte en la copia AliExpress de la tonadillera

Anabel Pantoja tuvo que hacer frente a un poderoso enemigo nada más entrar por la puerta de Telecinco. Jamás hubiera podido imaginar que su mayor rival sería alguien de su propia familia. Y, mucho menos, que una persona a la que quiere tanto pudiera hacerla un daño irreparable. Estamos hablando, nada más y nada menos, que de su queridísima tía: Isabel Pantoja. Los enemigos de la tonadillera cargaron duramente contra su sobrina nada más verla aparecer en la pequeña pantalla. Anabel, por su forma de comportarse, despierta a los detractores de su familia. Ha sido tachada de dramática, de prepotente, de mentirosa y de egocéntrica. Y es que, además de su enorme parecido físico, la colaboradora ha heredado todos los defectos de Isabel. En Cotilleo.es nos hemos propuesto estudiar el recorrido de Anabel en televisión, y es escalofriante comprobar lo interiorizado que tiene el apellido Pantoja.

Mirada bajada y semblante triste: la mejor forma de evitar el problema

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> Isabel Pantoja tiene claro que es una de las mejores artistas del país. “Ella dice que la tienen envidia, porque es la más completa, por eso no se lleva bien con ninguna compañera”, asegura Kiko Rivera. Y es que, la tonadillera tiene una gran dificultad para hacer amigos, pues sus aires de grandeza le impiden parecer una persona normal. Habla con un tono de voz muy alto, elevando la cabeza y con semblante muy serio. “Se conoce como la mirada laxante de Isabel Pantoja, porque, la miras y te cagas”, dijo Jorge Javier en una ocasión. Sin embargo, la tonadillera sabe perfectamente cuando tiene que bajar la guardia y, curiosamente, Anabel desarrolla la misma estrategia. En el momento que son conscientes de que, ni su grandioso apellido, es capaz de salvar la situación, tía y sobrina agachan la cabeza, fuerzan el lagrimal y arrugan los labios.

Este intento por convertirse en víctima del conflicto les ha sido muy útil en más de una ocasión. Kiko Rivera, alentado por la esperanza de no ser el villano de la batalla Pantoja, suele aplastarse los ojos para soltar alguna lágrima, pero nunca lo consigue. Su forma de comportarse es mucho más brusca que la de Anabel, y únicamente se parece a su madre en el apellido. Intenta imitarla: usa el mismo tono, levanta el dedo, no admite críticas, y sobrevolara su testimonio por el hecho de ser hijo de quien es. “Yo soy hijo de los dos más grandes de España”, presumía cuando era pequeño. Ahora reniega de su madre, e intenta hacer carrera lejos de ella. Pero, siempre habrá una persona que, al mirarla, le recuerde cuáles son sus orígenes: Anabel Pantoja.