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Arón Piper y los demonios ocultos tras su fama: crisis de identidad, depresión y malas compañías

Arón Piper era un chico normal, de pueblo, anónimo, discreto. Un día, sin quererlo ni beberlo se hizo conocido gracias a la serie de Netflix, Élite, que le catapultó a la fama y le salvó de un mundo que solo le deparaba desgracias. Sus éxitos profesionales le han llevado ahora a volver con una nueva miniserie dirigida por Carlos Montero, El desorden que dejas, junto a actrices de la talla de Inma Cuesta. Una adolescencia difícil, querer dejarlo todo y finalmente no hacerlo convierten a Arón Piper, en el actor y ahora también, cantante, más deseado del momento.

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El fenómeno Élite: “Me daba pánico la fama»

arón piper en élite

> Arón Piper, se dio a conocer en el panorama nacional de la interpretación por su personaje en Élite, Ander. Su madre es la directora del instituto, amigo de Guzmán y Polo, oculta su orientación sexual a familia y allegados, sin embargo, en su más estricta intimidad está coladito por Omar. La fama le vino de sopetón, Élite fue un trampolín hacia lo más alto, el agradecimiento que le tiene a esta época de su vida es absoluto, pues aunque confiesa que la fama le daba mucho miedo, ha aprendido a convivir con ella.

«Hace años, antes de ser famoso, le tenía fobia a la fama. No me montaba en el metro por ansiedad. En mi caso esto ha hecho el efecto contrario: me ha puesto los pies en el suelo, me ha dado un reconocimiento que no tenía y me ha dado una seguridad en lo laboral. Me ha puesto en un sitio muy bueno para trabajar, en el punto de mira» aseguraba para el portal Vertele!. «Si lo que amas es estar aquí, entonces la fama tiene que pasar a ser algo secundario», le dijeron y así ha aprendido a sobrellevarla, sin embargo, antes de llegar a este punto, ha sufrido mucho. Sigue leyendo para descubrir más sobre su dura infancia y adolescencia.

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