Tamara Falcó es el rostro televisivo del momento. Desde su paso por ‘MasterChef’ sus seguidores en Instagram se multiplicaron y muchas grandes marcas han comenzado a contactarla para tenerla como imagen en sus campañas. Pero sobre todo son las distintas cadenas quienes se la disputan así que la agenda de la hija de Isabel Preysler está llena de ofertas y proyectos. ¿La clave de su éxito? En primer lugar está la cercanía a una familia que siempre se ha mantenido discreta y distante, a pesar de copar cientos de portadas. Pero también por su absoluta naturalidad y la inocencia que muestra frente a la cámara y en todas las respuestas que da cuando le preguntan. Una naturalidad que acaba de traerle problemas y duras críticas.
4EL HORMIGUERO DESVELA SU SOBERBIA ELITISTA
Su nuevo trabajo la ha llevado a ser colaboradora ni más ni menos que en El Hormiguero, uno de los programas con más audiencia de televisión. Pero su primera intervención en el regreso del late night show tras el parón del verano. Las críticas han llenado las redes por un comentario que denotaba el esnobismo propio de una persona de clase alta.
En cierto momento Tamara se sentó a la mesa de debate junto a los otros colaboradoras, Nuria Roca y Juan del Val (quienes, por cierto, están casados), y hablaron de los síntomas del coronavirus, como la pérdida de olfato. Pablo Motos que preguntó que cuál era el olor que más detestaban. Roca señaló que el del huevo con tomate frito, Del Val reconoció que odiaba el olor de los lirios, y a Tamara Falcó se le ocurrió decir que era «el olor del metro después de las tres de la tarde”. Roca se sorprendió de que Tamara utilizase este medio de transporte, y ella afirmó que alguna vez pero que prefería la bici y el coche.
