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La historia real detrás de Warrior Nun

Warrior Nun va camino de ser una de las series estrella de Netflix. Se estrenó el 2 de julio y ya se plantean si habrá segunda temporada pues se ha colocado en los primeros puestos de visionado de la plataforma. Un más que sorprendente punto de partida, una protagonista de lo más carismática, Alba Baptista, y mucha acción son los ingredientes de este plato suculento. Aunque la plataforma no ha confirmado nada se habla de que se estarían preparando ya los siguientes diez episodios.

Warrior Nun está ambientada en Andalucía, de hecho la mayor parte de la serie se ha rodado en Antequera, Málaga entre los meses de marzo y julio. En concreto, son bien reconocibles espacios como la Colegiata de Antequera reconvertida en convento de monjas para la grabación llenando sus paredes de frescos y convirtiendo la sacristía en una biblioteca y la Cueva del Tesoro. Simon Barry es el creador de esta serie basada en los cómics de Ben Dunn publicados en 1994. Barry es un showrunner al que ya hemos visto trabajar en series como ‘Van Helsing’ y ‘Ghost Wars’.

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Contra todo pronóstico la serie tiene una base real

Lo más curioso es que el autor del cómic, Ben Dunn encontró la inspiración para su historia en un hecho real, por lo que por fantástica que nos resulte la serie también tiene una base verídica. En febrero de 1994, Dunn leyó un artículo del New York Times titulado ‘Black Belts and Blessings for East Harlem Nuns’ (algo así como “Cinturones negros y bendiciones para las monjas de East Harlem”) escrito por David González. En el artículo cuenta la historia de una monja, Marie Chantal que pertenecía a la Fraternidad Notre-Dame y fueron encargadas de abrir un comedor social en el barrio de Harlem en Nueva York.

Dado el índice de delincuencia de la zona, y a su inclinación natural, la monja Marie Chantal comenzó a dar clases de defensa personal y llegó a ser cinturón negro de judo y taekwondo. El resto de las compañeras de la orden se animaron a seguir su ejemplo, todas iniciaron clases de defensa personal y cada una llegó a una serie de niveles.

La imagen de las monjas practicando artes marciales comenzó a bullir en la creativa mente de Dunn que decidió amplificar la importancia del gesto y desarrolló toda la trama que dio origen a la historia del cómic, hoy reconvertida en serie.