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Descubrimos el gran amor al que no olvida Mila Ximénez (y no es Santana)

La colaboradora de ‘Sálvame’, Mila Ximénez, no está en uno de sus mejores momentos personales. El cáncer de pulmón, uno de los más frecuentes a nivel mundial, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sacude su salud, le ha venido por sorpresa cuando se encontraba en una de sus etapas vitales más relajada.

Sin embargo, la colaboradora lo afronta con optimismo, coraje y ganas. Ya en el plató de Sálvame de Telecinco, afirmaba hace unos días sobre la inesperada noticia “Esto es una guerra entre el cáncer y yo. Tengo cojones para él y cinco más como él”, “El cáncer me parece un imbécil que se ha instalado en mi vida y no sabe dónde se ha metido”, comentaba la Mila más guerrera. Hoy, hemos sabido que desde el miércoles se retira de los medios de comunicación para recibir la quimioterapia. Y, por ello, y mientras tanto, en estos momentos tan agridulces para la periodista, queremos sacar a la luz, uno de sus momentos más felices, más apasionados y más bonitos de toda su vida personal: al gran amor de su vida.

Su gran amor, el marroquí Rafael Aguilera

Mila XIménez cuenta cómo terminó su relación con Rafael Aguilera y confiesa su mayor fantasía sexual

Según ha contado ella misma, el hombre en cuestión era un empresario millonario llamado Rafael Aguilera y que falleció en el 2018. Al parecer, fue su pareja secreta durante muchos años y vivieron una relación tan apasionada como imposible a finales de los años ochenta. Hace apenas unos meses, la colaboradora reconocía entre lágrimas al que fuera el único hombre al que ha amado de verdad.

Fue en su paso por Gran Hermano Vip 2019 donde contó el capítulo. Durante una emisión del reality de Telecinco aseguraba que «no he vuelto a estar con nadie, no he podido. «Era un tío que me encantaba todo lo que me contaba. Era psiquiatra y además tenía negocios. Era una persona superinteresante«., Sin embargo, también reconoció que su historia fue imposible, ya que además aparecía y desaparecía en el tiempo.«No pudo ser…pero teníamos una pasión brutal». «Él quería una mujer marroquí». puntualizaba.