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La infidelidad del Rey con una famosa actriz que doña Sofía no logra superar

Los años han hecho que don Juan Carlos y doña Sofía tengan una relación más civilizada. Ha sido en el otoño de su vida que la pareja ha firmado un alto el fuego y se muestran en mejor sintonía. Sin embargo, hay cosas que doña Sofía ni olvida ni perdona. Esto hace referencia a una de las mayores humillaciones que la reina ha sufrido con testigos de por medio. La protagonista, una famosa actriz que gustaba de entretener a don Juan Carlos. Sigue leyendo para conocer uno de los capítulos más desgraciados de doña Sofía.

Don Juan Carlos, ¿infiel por naturaleza?

La infidelidad del Rey con una famosa actriz que doña Sofía no logra superar

> Mucho se ha hablado y escrito sobre la genética de los Borbones. A los hombres de la estirpe se les pinta como auténticos depredadores sexuales. Recordemos el caso de Jaime de Borbón, cuya esposa se escondía en el lavabo para evitar sus envites íntimos. Era tal su fogosidad que Emmanuela Dampierre cerraba la puerta con pestillo y allí permanecía durante horas a la espera de que su esposo se cansara y se fuera.

Siguiendo la estela de su hermano Jaime, don Juan de Borbón también dio mucho que hablar en este sentido. El padre de don Juan Carlos era aficionado a las aventuras extramatrimoniales con actrices de medio pelo que se dejaban caer por Estoril, donde la familia real española en el exilio instaló su cuartel general. Esta afición por las actrices la heredó su hijo. Doña Sofía sufrió una brutal humillación en público por culpa de esta cuestión.

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La humillación que doña Sofía ni olvida ni perdona

reina Sofía

> Es importante señalar que en Zarzuela siempre han existido diferentes camarillas. Unas afines a rey y otras a la reina. Pues bien, gracias a estos, llamémosles espías, doña Sofía fue advertida de que algo se estaba cociendo entre don Juan Carlos y una famosa actriz. Los hechos ocurrieron en 1976. La reina se enteró de que su marido iba a pasar una jornada de caza y placer en una finca toledana. Pues bien, doña Sofía, que para entonces ya estaba al cabo de la calle, se presentó en el lugar de autos dispuesta a pillar a su marido con las manos en la masa.

Según explica Amadeo Martínez Inglés en El Golpe de Estado que tumbó al Rey, la reina llegó y los allí presentes se quedaron de piedra. Don Juan Carlos no se encontraba en la sala dado que estaba ocupado con su amiga. El dueño de la casa invitó a doña Sofía y sus acompañantes a almorzar. Ella, echando mano de toda su flema, aceptó mientras contemplaba como se desarrollaban los acontecimientos.

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El rey y su amante, cazados

La infidelidad del Rey con una famosa actriz que doña Sofía no logra superar

> Una vez enterado don Juan Carlos de que su esposa se había personado en la finca, se lo tomó con calma para dar la cara: “Después de hacer esperar casi media hora a su esposa Sofía, apareció por fin en el salón”. Amadeo Martínez Inglés añade en que el rey lucía “una cara amoratada y sudorosa”. Enseguida quiso excusarse ante la reina “haciéndole ver que su ausencia del salón era debida a que en esos precisos instantes en los que ella había llegado al fastuoso cigarral, él estaba ejerciendo de anfitrión delegado enseñándole a la actriz Sara Montiel, que había tenido la amabilidad de estando de viaje acercarse a saludar a su rey, las elegantes habitaciones de la planta noble de la fastuosa finca en la que se encontraban y que aprovechando tan fausto motivo ella había querido ponerle al corriente de los pormenores de su próxima actuación en un elegante escenario de la capital de España”.

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La sorprendente reacción de doña Sofía

La infidelidad del Rey con una famosa actriz que doña Sofía no logra superar

> Para cuando don Juan Carlos daba sus explicaciones a la reina, Sara Montiel ya se había marchado de la finca por una puerta lateral sin ser vista. En su huida ayudaron tres acompañantes preparados para cualquier imprevisto que pudiera suceder. Ante esta situación, doña Sofía dio muestras de su famoso saber estar aún en las situaciones más difíciles. No dijo ni esta boca es mía, dejando descolocado a su marido y a sus amigos.

Y así cerró la embarazosa situación doña Sofía: “Girándose hacia su derecha hizo una seña a su dama de compañía que se encontraba detrás juntos a los dos escoltas que no la abandonaron en ningún instante y, eso sí, tras una fuerte imprecación en griego y una pequeña reverencia a la suprema autoridad de su esposo, con energía emprendió la marcha hasta la salida”. Sin duda, Sara Montiel fue una sombra muy alargada en el matrimonio de los reyes. De hecho, debido al calibre de la humillación, doña Sofía no puede olvidar ni perdonar.