La vida anterior a su matrimonio con el entonces príncipe de Asturias es todo un misterio. Desde Casa Real se han encargado de borrar de un plumazo los detalles más escabrosos del pasado de doña Letizia, pero no han podido evitar que algunos episodios terminen viendo la luz. De cara a la opinión pública, se ha presentado a una Ortiz que muy poco tiene que ver con la persona que fue otrora. Es como si su papel de consorte la hubiera cambiado radicalmente. ¿Quieres saber los aspectos más oscuros de la historia de nuestra reina? Sigue leyendo para descubrirlos.
La reina republicana
> Fue lo primero que tuvo que cambiar en cuanto llegó a Zarzuela. Doña Letizia nunca disimuló ante sus conocidos la inquina que sentía hacia nuestra monarquía, por lo que a más de uno le resultó completamente chocante que terminara enamorándose de un Borbón. Según reveló su primo, David Rocasolano, en su libro Adiós Princesa, Ortiz despotricaba a diestro y siniestro contra los dirigentes con los que hoy se reúne. Y no solo eso, sino que también cargaba contra la gente que ahora es su familia. “Se limitaba a decir que todos los políticos viven del cuento. Antes también lo decía de la Casa Real pero obviamente ya no”, apuntó el escritor en su novela, actualmente retirada del mercado por razones que no hace falta explicar.
Así, David la acusa de haberse traicionado a sí misma y a su propia familia. Según el autor del polémico libro, doña Letizia es la culpable del suicidio de su hermana Erika. La presión mediática hizo mella en su delicado estado anímico a raíz de una profunda depresión, lo que la llevó a quitarse la vida. En su funeral, Ortiz se arrodilló ante su suegro, el entonces rey Juan Carlos I, un gesto que muchos entendieron como una forma de sumisión. “Demostraba a quién pertenecía ya mi prima”, reza el libro de Rocasolano. Pero no es lo único que ha cambiado en la consorte a raíz de su noviazgo con Felipe, sino que se ha producido una profunda conversión en casi todas sus ideas.
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El aborto de doña Letizia
Se trata, sin duda, del episodio de la vida de Ortiz en el que Casa Real ha puesto más empeño en borrar. Pero no lo han conseguido. No pudieron tapar la boca de David, que escribió con su puño y letra sobre este polémico asunto. En su libro, el primo de doña Letizia confiesa que la reina abortó un año antes de empezar a salir con don Felipe de Borbón. Es una mujer libre con todo el derecho del mundo a interrumpir un embarazo, pero asistimos, una vez más, a un cambio radical en la forma de ser de la consorte. La soberana ha pecado de hipócrita y algunas voces cercanas a la Corona han filtrado una conversación que la reina mantuvo sobre el tema con algunas amistades de su marido.
“Creo que un ser, cualquier ser que te mande Dios, debe ser respetado. Si a mí mañana me hacen una amniocentesis, y descubren que mi niño está mal, es que Dios quiere que ese niño venga así al mundo. Yo no lo dudaría. Lo tendría”, habría dicho la reina. De ser cierto, sería demasiado contradictorio y arrojaría más pistas sobre el siempre polémico carácter de doña Letizia. Después de su noviazgo con don Felipe, parece que Ortiz ha cambiado de parecer incluso en este tipo de convicciones tan profundas. Es como si fueran dos personas completamente diferentes: la de antes de la monarquía y la de después.
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La religión que profesa la reina
> Puede que este cambio de parecer en cuanto al aborto venga de su conversión al catolicismo. En Adiós Princesa se recoge que doña Letizia siempre se ha definido a sí misma como agnóstica, es decir, que no afirma ni desmiente la existencia de Dios. Sin embargo, desde que puso un pie dentro de Zarzuela, parece que Ortiz recibió la llamada y ahora no concibe su vida sin el ser supremo que nos vigila desde el cielo. Su primo David habla de una “conversión radical al catolicismo”, seguramente derivada de su papel como princesa de Asturias y, posteriormente, de reina de España.
Es un hecho que los sectores más conservadores son los más afines a la monarquía. Casa Real y la religión siempre han ido de la mano, incluso aunque nuestro Estado se defina como aconfesional en la Constitución. De hecho, cuando Letizia se mostró ligeramente a favor del matrimonio homosexual, tuvo que rectificar públicamente porque los peces gordos de la Iglesia le llamaron la atención. Una vez más, Ortiz renunció a sus principios por quedar bien ante la institución de la que siempre ha renegado. No fue la primera vez que sacó a relucir la hipocresía así, y de seguro tampoco la última.
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La reina se avergüenza de su pasado
Teniendo en cuenta todo lo anterior, parece que nuestra consorte se avergüenza de su pasado. Especialmente de una etapa de su vida en la que vivó en Guadalajara, México. Durante su andadura al otro lado del atlántico, doña Letizia se ganó la vida como azafata de una conocida empresa de tabaco. Ortiz vendía decenas de cajetillas de cigarrillos sin ningún tipo de reparo. ¿Quién diría entonces que más tarde se convertiría en la abanderada del movimiento antitabaco en España? La consorte ha dado voz a muchas campañas, nacionales e internaciones, para poner freno a este mal vicio, algo que choca mucho con su pasado.
Ahora, según Jaime Peñafiel, Letizia considera que el tabaco es una “lacra social” y no soporta que nadie fume a su alrededor. Es una especie de Mercedes Milá de la realeza. Asistimos, una vez más, a un nuevo ejemplo de que Ortiz no se parece en nada a la mujer que solía ser antes de conocer a Felipe VI. En Cotilleo.es no nos aventuraremos a concluir si se trata de un cambio a mejor o a peor, sino que serán nuestros lectores los que deban decidir… ¿Qué consorte te gusta más?
