Lo que mal empieza, mal acaba. La relación entre Jaime Peñafiel y doña Letizia nunca fue buena. El pasado de la Reina no le gustó nada a un hombre conservador como el andaluz, cuya vida ha estado siempre vinculada a la monarquía y sus estrictas normas. El entendimiento entre ambos nunca ha tenido lugar y con las últimas e incendiarias declaraciones del veterano periodista ya no hay vuelta atrás.
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El punto de inflexión de una vida dedicada a la monarquía
> Su labor como periodista se ha desarrollado siempre alrededor de la Casa Real. A punto de cumplir 87 años, Jaime Peñafiel es una de las personas que más sabe de monarquías de todo el mundo. De hecho, ha seguido muy de cerca todos los pasos que han dado doña Sofía y don Juan Carlos durante sus casi cuatro décadas de reinado. Ha cubierto todos los actos de su agenda para distintos medios de comunicación y ha acompañado a los monarcas en 150 viajes hechos a lo largo y ancho del mapa.
Todo esto le ha permitido al andaluz vivir en primera persona miles de episodios y conocer los principales secretos que rodean al jefe de Estado y a su mujer. Porque cuando los focos se apagaban, él seguía viendo en primera persona el comportamiento de don Juan Carlos, doña Sofía y también de sus tres hijos. Además, conoce muy bien a la gente que rodea a los Borbones y ha encontrado en muchos de ellos a cómplices para sus crónicas. Pero la relación entre el veterano periodista y la familia real cambió hace más de una década. Te contamos el motivo.
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El descontento de los Borbones
> A pesar de que don Juan Carlos y doña Sofía aceptaron la propuesta de su hijo de casarse con alguien que no pertenece la la nobleza, cuando observaron el comportamiento de Letizia ante los medios se llevaron las manos a la cabeza. Especialmente cuando vieron estupefactos cómo ella se atrevió a hacer callar al entonces príncipe de Asturias el día de su pedida. Ahí quedó claro que estábamos ante una mujer de armas tomar que no permitiría nunca permanecer en un segundo plano.
Además, esto no fue un hecho aislado sino que luego, de puertas para adentro, los Reyes tampoco entendían su forma de ser. «Letizia aprovechaba cualquier momento para hacerse la lista en temas que, presuntamente, dominaba. Hasta Juan Carlos tuvo que reconducir más de una conversación familiar, interrumpida por los comentarios de la nuera”, relata Peñafiel.
