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Sin cuartel: se desata la guerra entre Jaime de Marichalar y la Infanta Elena

Esta semana se han cumplido 24 años de la boda de Jaime de Marichalar y la infanta Elena. Un matrimonio que no pudo llegar a buen puerto. Aunque desde su separación han intentado estar en contacto constante por el bien de sus dos hijos, lo cierto es que ahora que los jóvenes ya han cumplido 18 años todo ha cambiado. Además, las últimas declaraciones del que fuera duque de Lugo podrían marcar un antes y un después.

Un matrimonio siempre en el punto de mira

Sin cuartel: se desata la guerra entre Jaime de Marichalar y la Infanta Elena

> Hay que remontarse a 1987 para hablar de la relación de la infanta Elena y Jaime de Marichalar. La hija mayor de los Reyes estaba estudiando en Francia y la casualidad quiso que se encontrara con el aristócrata, que puso todo de su parte para conquistarla. Ambos dieron rienda suelta a su pasión y durante siete años tuvieron la suerte de no ser captados por los flashes. Nadie dio el chivatazo acerca de este noviazgo que saltó a la palestra en 1994. Fue ese año cuando anunciaron su compromiso. Así, posaron por primera vez ante los medios en el Palacio de la Zarzuela, lugar que eligieron como escenario de su pedida de mano.

En marzo de 1995, los duques de Lugo contraían matrimonio en la catedral de Sevilla. Una unión que reunió a representantes de las casas reales de toda Europa. Tras el «sí, quiero», los recién casados volvieron a la ciudad en la que se conocieron, pero dos años después hicieron las maletas y se instalaron en un espectacular tríplex ubicado en la Milla de Oro de Madrid. Allí formaron un hogar y también una familia. En el 98 nacía su primer hijo, Felipe Juan Froilán de Todos los Santos. Dos años después completaba su felicidad Victoria Federica. Pero esa felicidad saltó por los aires….

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> Poco después de nacer sus hijos, Elena y Jaime decidían mudarse a Nueva York. Un extraño movimiento que hacía presagiar que algo raro estaba pasando entre ellos. Voilá, a finales de 2007 se hacía público que los duques de Lugo habían decidido hacer «un cese temporal de su convivencia». En todo momento insistían en que no se trataba de una separación definitiva. Sin embargo, el paso del tiempo ha demostrado que sí lo era. De hecho, ya firmaron el divorcio de mutuo acuerdo. Aquella rúbrica disolvía oficialmente su compromiso, pero los abogados de ambas parten ponían de manifiesto que «mantienen una fluida interlocución en todo lo referente al interés común de sus hijos».

La primogénita de los Reyes de España y Marichalar llegaron a un acuerdo para el régimen de visitas de sus hijos, que adoran tanto a su padre como a su madre. Y aunque pensábamos que doña Elena y Jaime han estado siempre a una en todo lo que tiene que ver con  Froilán y Victoria Federica, descubrimos atónitos que no es así. Ha sido el propio Marichalar quien ha roto su silencio y ha hablado por primera vez de la realidad que se esconde tras esa aparente cordialidad. Te lo contamos a continuación.

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> A pesar de que cada vez acude a menos actos públicos, el hijo de los condes de Ripalda salió de su retiro para acudir a los premios de Poesía Loewe. Una ocasión que vio perfecta para romper su silencio. Así, en conversación con Carmen Duerto hablaba por primera vez de sus hijos. El que fuera duque de Lugo está cansado de que Froilán y Victoria Federica se vean convertidos en protagonistas de unas noticias que se alejan de la realidad. «EL 90% de lo que se dice de ellos es mentira», aseguraba. Pero lo llamativo de todo no es que hablara largo y tendido. Tampoco resulta extraño que defienda a sus hijos públicamente y ensalce sus valores.

Lo realmente sorprendente es que Jaime de Marichalar haya cargado contra la madre de sus hijos. De manera velada, y manteniendo en todo momento la compostura, el navarro abrió la caja de los truenos. Las cosas entre doña Elena y él no son tan pacíficas como pensábamos hasta ahora. «La infanta quería que Victoria terminase sus estudios en Inglaterra, pero yo me opuse. Con tres años me parecía que ya estaba bien. Era excesivo y yo quería estar con mi hija», sentenciaba. Esta falta de conexión no se limita a las decisiones acerca del futuro de sus hijos sino que vienen de largo. Descubre todo a continuación.

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Una nefasta convivencia

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> La periodista Carmen Enríquez era la encargada de contar toda la verdad. El pasado año publicaba un libro acerca de la reina Sofía. Unas páginas en las que no solo hablaba de la emérita. A lo largo de ellas hacía un repaso por cada uno de los miembros de la familia. El que dedica al matrimonio de la hermana mayor de Felipe VI y Jaime de Marichalar no deja indiferente a nadie. Sin tapujos desvela datos privados que ayudan a los españoles a conocer los entresijos de esta mediática expareja.

«La Infanta estaba muy disgustada al ver llegar a su marido al domicilio conyugal a la misma hora que ella se levantaba para acompañar a los hijos al jardín de infancia. Mientras que Jaime prefería trasnochar y hacer presencia en cualquier acontecimiento social, la mujer optaba por retirarse pronto. Después de más de dos años de vivir separados, la infanta Elena se divorció», explicaba. Este testimonio no solo nos ayuda a saber los pormenores del extinto matrimonio. También descubre cómo era la relación de Marichalar con sus suegros.

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El sexto sentido de unos padres

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> Que su conducta ha sido siempre impecable y ha optado por la discreción es algo innegable. Sin embargo, esto a veces no es suficiente. Aunque en las estampas familiares que presenciamos todo parecía ser un cuento de hadas, la realidad es que Jaime de Marichalar nunca llegó a encajar del todo en la familia real. Los Reyes siempre dudaron de sus verdaderas intenciones con la infanta. A pesar de que le dieron su beneplácito para casarse, don Juan Carlos y doña Sofía nunca bajaron la guardia.

«La reina Sofía nunca estuvo convencida de que Jaime de Marichalar se casara con su hija por amor. Siempre creyó que le movieron otros intereses. A eso se tiene que añadir que no le gustaba el trato que la hija recibió del marido durante el tiempo que estuvieron unidos en matrimonio», aseguraba la citada comunicadora, perfecta conocedora de todo lo que tiene que ver con los Borbones.